Bolivia atraviesa una grave crisis de combustible, con filas de más de 20 cuadras en las principales ciudades. La escasez se intensificó por un paro parcial de transportistas y buques varados en el puerto chileno de Arica.
El desabastecimiento golpea a La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba, donde automovilistas pasan horas, incluso toda la noche, para cargar gasolina o diésel.
El conflicto comenzó tras la protesta de cuatro empresas cisternas del sureste, que exigen una suba en las tarifas de flete. Según YPFB, estas firmas presionan al resto del sector para frenar la distribución.
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A esto se suman retrasos por marejadas y restricciones en Arica. Cinco buques —dos con gasolina, dos con diésel y uno con crudo— no pueden descargar desde hace 40 días, afectando el suministro.
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, denunció motivaciones políticas en el paro: “No vamos a ceder ante el chantaje”. En tanto, sectores opositores culpan al Gobierno por una “administración deficiente” y falta de previsión.
Fuente: Noticias Argentinas.