La causa avanza bajo fuerte hermetismo, pero el fiscal Fernando Arrigo confirmó que hay indicios de más víctimas. El líder, Konstantin Rudnev, es señalado por su historial de abusos y por intentar radicarse en Argentina para eludir causas en su país.
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Una causa judicial sin precedentes se investiga en Bariloche, donde una banda de origen ruso fue imputada por presunta trata de personas con fines de servidumbre. El caso, encabezado por el fiscal federal Fernando Arrigo, cuenta con 21 personas implicadas, en su mayoría mujeres, y un único detenido: Konstantin Rudnev, señalado como líder de la organización conocida como Ashram Shambala.
La investigación comenzó tras una denuncia realizada por el personal de salud del hospital Ramón Carrillo, que asistió a una joven rusa en trabajo de parto. La actitud evasiva de las mujeres que la acompañaban llamó la atención del equipo médico, lo que desencadenó la intervención de la Justicia. Según explicó el fiscal, intentaban ponerle al bebé el nombre de Rudnev, con el presunto objetivo de facilitar la obtención de un documento argentino.
El caso estalló con operativos simultáneos en el aeropuerto de Bariloche y en Aeroparque Jorge Newbery en Buenos Aires, que culminaron con la detención de 21 personas. Días más tarde, se sumaron dos mujeres arrestadas en un hostel de Neuquén capital. Si bien la mayoría recuperó la libertad bajo condición de colaborar con la causa, continúan imputadas y bajo investigación.
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“Tenemos pruebas que indican la existencia de más víctimas, pero aún no se presentaron como tales”, afirmó Arrigo en diálogo con Canal 10. Además, confirmó que la banda estaba siendo buscada desde octubre en Montenegro y que Rudnev habría elegido Argentina como destino para huir de las causas que enfrenta en Europa del Este, donde acumula denuncias por abusos sexuales.
Uno de los aspectos clave del expediente es la validación de los pasaportes con los que ingresaron al país. La fiscalía detectó inconsistencias que podrían revelar documentación falsa, abriendo una nueva línea de investigación sobre el ingreso irregular al territorio nacional.
El juez a cargo otorgó un año de plazo para completar la investigación, tiempo en el que se buscará establecer con claridad los roles de cada imputado. ¿Quiénes son víctimas y quiénes cómplices? Esa es la principal incógnita que el equipo de Arrigo intentará esclarecer. Mientras tanto, todo apunta a Rudnev como el cerebro de una estructura que habría operado bajo la fachada de un grupo espiritual.
Fuente: Diario Río Negro
Foto: Archivo