El Senasa difundió una serie de consejos para evitar riesgos al elegir y conservar productos de la pesca.
Con el aumento del consumo de pescado y mariscos durante Semana Santa, el Senasa emitió una guía con puntos clave a tener en cuenta al momento de comprar y conservar estos alimentos.
A la hora de elegir pescado fresco, es importante observar que la piel tenga colores vivos, los ojos estén brillosos y la carne se vea firme y translúcida. Las agallas deben ser rojas, y la sangre, roja brillante.
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En el caso de mariscos, deben evitarse los que tengan manchas negras, desprendimiento de la cabeza o un olor fuerte. Los calamares deben lucir piel lisa y húmeda, con ojos vivos y sin manchas extrañas.
Para los productos enlatados, es esencial revisar que el envase no esté abollado, hinchado ni oxidado, además de verificar procedencia y fecha de vencimiento.
En los comercios, el ambiente debe estar limpio y sin olores desagradables. El pescado fresco no debe tener olor fuerte y no debe estar amontonado. También es clave que se mantenga la cadena de frío desde el traslado hasta el hogar.
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Una vez en casa, se recomienda guardar los productos en envases cerrados, en la parte más baja de la heladera, y evitar volver a congelar los alimentos una vez descongelados. No deben conservarse más de dos días refrigerados ni más de tres meses congelados.
El Senasa realiza controles sanitarios constantes para asegurar que los productos de la pesca lleguen en condiciones seguras y libres de patógenos o contaminantes.