El director de 12 años de esclavitud habla sobre su diagnóstico de cáncer de próstata, el legado familiar y el silencio que rodea a una enfermedad tratable pero letal.
Steve McQueen nunca dudó de que tendría cáncer de próstata. El aclamado cineasta, ganador del Óscar por 12 años de esclavitud, creció con el dolor de haber perdido a su padre por esta enfermedad, y desde entonces sintió que su destino estaba marcado. “Desde el día que nací, iba a tener cáncer de próstata”, afirma.
MIRÁ TAMBIÉN | Gluten, lácteos y endometriosis: el estudio que revela el vínculo
Hoy, con el tratamiento superado y acompañado por sus médicos, el urólogo Suks Minhas y el cirujano Ben Challacombe, McQueen decidió hablar públicamente de su experiencia para generar conciencia. En el Reino Unido, más de 12.000 hombres mueren cada año por esta enfermedad: una por hora. La cifra es aún más alarmante entre los hombres negros, que tienen el doble de probabilidades de desarrollarla y morir por su causa.
McQueen no tenía síntomas cuando fue diagnosticado, pero sí antecedentes familiares determinantes. Su padre, Philbert, falleció a los 67 años, luego de un diagnóstico tardío. “A veces se orinaba encima y le daba vergüenza. Cuando finalmente fue al médico, el cáncer ya estaba muy avanzado”, recuerda.
MIRÁ TAMBIÉN | Advierten sobre el escaso uso del preservativo frente al aumento de ITS
El director siente que haber tenido acceso a información y atención médica a tiempo lo salvó. Por eso, habla con gratitud, pero también con culpa: “Si hubiera sabido tan poco como mi padre, probablemente estaría muerto”. Y subraya que el cáncer de próstata es altamente tratable si se detecta a tiempo.
Además de poner rostro humano a una estadística alarmante, McQueen llama a romper con el silencio. “Muchos hombres no hablan de esto. Y muchos mueren por eso”.
Fuente: The Guardian.