La Oficina General de Tierras de Texas propuso utilizar el terreno para deportaciones masivas, en un esfuerzo por apoyar las promesas de campaña del expresidente.
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En una controvertida medida, la Oficina General de Tierras de Texas ofreció al expresidente Donald Trump 1.400 acres de terreno a lo largo de la frontera con México para la construcción de centros de detención destinados a inmigrantes indocumentados. La propuesta, confirmada en una carta enviada a la residencia Mar-a-Lago del exmandatario, busca facilitar la implementación de políticas de deportación masiva promovidas por Trump durante su campaña presidencial.
La comisionada de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, describió el terreno como una ubicación ideal para desarrollar estas instalaciones debido a su planicie y accesibilidad. En declaraciones a Fox News, Buckingham expresó su apoyo total al compromiso de Trump de «sacar a los criminales violentos» del país.
Sin embargo, la propuesta enfrenta desafíos políticos y legales. Varios estados fronterizos liderados por demócratas, como California, Arizona y Nuevo México, han manifestado su rechazo a colaborar con deportaciones masivas. La analista Kathleen Bush-Joseph advirtió que esta situación podría profundizar la división entre estados republicanos y demócratas, creando un mosaico desigual de políticas migratorias en todo el país.
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Aunque Trump ha reiterado su intención de deportar a millones de inmigrantes indocumentados, los expertos destacan los enormes desafíos logísticos, financieros y legales que enfrenta esta iniciativa. Según datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), al 2 de noviembre había 38.863 inmigrantes detenidos, de los cuales más de 12.000 estaban en Texas.
Un proyecto de ley de gastos firmado por el presidente Joe Biden en 2024 asignó recursos para albergar a 41.500 personas por día, una cifra que podría ser insuficiente si las deportaciones masivas propuestas por Trump se concretan.
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El anuncio llega en un momento de creciente polarización política en Estados Unidos. Ciudades como Los Ángeles han implementado ordenanzas de «ciudad santuario», prohibiendo el uso de recursos locales para colaborar con las autoridades federales de inmigración.
La iniciativa de Texas no solo refuerza el apoyo de los estados republicanos a las políticas de Trump, sino que también plantea interrogantes sobre el traslado de inmigrantes detenidos desde estados demócratas hacia instalaciones en territorios republicanos.
Fuente y foto: BBC
