Una entrevista televisiva dejó al descubierto la travesía diaria de Pablo, un joven de 19 años de Monte Chingolo (Lanús), estudiante de Arquitectura en la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). Con su madre fallecida y su padre trabajando largas horas, Pablo se compromete a perseguir su sueño en honor a su madre, enfrentando largos viajes diarios en colectivo.
La historia resonó en el corazón de Gustavo Fernández, un arquitecto conmovido por la determinación y madurez de Pablo. Después de intentar contactar al joven a través de las redes sociales sin éxito, la Undav intervino y proporcionó la conexión necesaria. «Tuvimos una hermosa charla, me comprometí a regalarle una computadora con AutoCAD y a ser su padrino en la carrera», compartió Fernández.
La solidaridad no se detuvo ahí. Fernández también conversó con el padre de Pablo, Jorge, y quedaron en encontrarse próximamente para entregar los compromisos asumidos. Este acto de generosidad no solo apoya los estudios de Pablo, sino que también fortalece la conexión entre la comunidad académica y los individuos que buscan cumplir sus sueños.
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Fuente: Diario Hoy