El costo de vida en el Reino Unido sigue generando efectos colaterales. En los últimos meses, miles de personas se vieron obligadas a abandonar a sus mascotas ante la imposibilidad de cubrir sus necesidades básicas.
Desde que la inflación superó el 11% en 2022, mantener un animal se volvió cada vez más costoso. Alimentos, atención veterinaria y hasta accesorios duplicaron su valor, lo que dejó a muchas familias sin opción.
La Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales informó que en lo que va de 2025 ya se registraron más de 5.700 abandonos, un 32% más que el año anterior. El fenómeno no es nuevo: en 2024 fueron 22.500 casos, lo que marcó un incremento del 7% con respecto a 2023.
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En los refugios ya no dan abasto. Hay testimonios de perros atados a las puertas de los centros, conejos abandonados en parques y aves dejadas a la intemperie. La directora del refugio Mayhew, Elvira Meucci-Lyons, aseguró: “Algunos llegan con lágrimas en los ojos, tristes y avergonzados. Tienen que elegir entre comer ellos o alimentar a su mascota”.
La situación también es consecuencia de la pandemia. Durante el encierro, muchas personas adoptaron mascotas para combatir la soledad. Pero al retomarse la rutina laboral y aumentar los gastos, ya no pudieron sostener ese vínculo.
Mientras tanto, las asociaciones protectoras lanzan campañas de concientización y piden apoyo estatal. Temen que, si la crisis económica continúa, los abandonos sigan creciendo.
Fuente: RFI.