Cristian Galván, jefe de la subcomisaría de Lonquimay, fue juzgado por utilizar a presos para organizar su fiesta de bodas. Los internos cocinaron, sirvieron comida y limpiaron el salón sin custodia.
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El oficial inspector Cristian Martín Galván, jefe de la subcomisaría de Lonquimay, fue juzgado esta semana por haber utilizado a seis detenidos como personal de servicio en su casamiento, celebrado el 31 de mayo de 2024 en un salón de eventos a solo una cuadra de la comisaría. El episodio ocurrió en Lonquimay, localidad pampeana de apenas 2.000 habitantes, y generó conmoción en toda la provincia de La Pampa.
Según la acusación fiscal, Galván ordenó que seis de los ocho detenidos bajo su custodia prepararan el asado, sirvieran el almuerzo y limpiaran el salón donde se realizó la fiesta. Los presos caminaron sin custodia hacia el lugar y regresaron por sus propios medios a sus celdas, lo que constituye —según el fiscal Guillermo Sancho— un grave incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Durante el juicio oral en el Centro Judicial de Santa Rosa, cuatro de los detenidos admitieron haber participado del evento. Uno confesó haber cocinado el cordero, otro sirvió comida y algunos se encargaron de limpiar. También revelaron que uno de los internos cuidaba el caballo del comisario, usado en actos oficiales, lo que añadió un matiz insólito a la causa.
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La defensa de Galván intentó minimizar el episodio y presentó testigos que negaron la versión de los detenidos, pero las contradicciones y declaraciones bajo juramento complicaron al oficial. La Fiscalía solicitó un año y tres meses de prisión condicional y dos años y medio de inhabilitación para ejercer cargos públicos. La sentencia será leída el próximo 28 de julio.
El caso despertó todo tipo de reacciones en La Pampa, con vecinos que inicialmente tomaron la noticia con humor, pero que luego cuestionaron la naturalización del uso de presos para fines personales. La defensa de Galván asegura que se trata de una interna policial, pero la evidencia y las declaraciones de los testigos dejan al acusado en una posición comprometida.
Fuente y foto: Infobae