La tucura complica la vida y la producción de los pobladores de la meseta. Desde hace semana conviven prácticamente. En este caso, vecinos del paraje El Tropezón de Cushamen contaron cómo combaten y conviven con la plaga.
Las tucuras se meten a las casas, contaminan el agua y se comen el pasto para los animales, los cuales le dan el sustento a los pobladores de estos sectores de la provincia.
Damiana Tranamil, contó que lo cuándo dieron aviso de la aparición de los insectos les dijeron que debían contarlos y remarcó que no hubo fumigación en el tiempo necesario para evitar la situación actual.
“Todas las mañana cuando me levanto, lo primero que veo es tucura. Cuando voy al baño tengo que andar con una escoba porque se llena de tucuras: las paredes, los vidrios, todas las cosas que dejas afuera”, contó.
Recordó que en su momento dieron a viso a las autoridades de la Comuna. “A fines de julio empezaron a nacer. Nosotros encontramos en el campo y dimos conocimiento a la Comuna cerca del 1º de agosto –pero- hasta el día de hoy no tenemos respuestas”.
Denuncio que “no salieron a fumigar –y que- en una reunión nos dijeron que teníamos que controlar y ver cuantas tucuras había en cada lote. Que teníamos que contarlas para saber cuántas son más o menos”.
Contó que “no he visto pasar la camioneta de la comuna. En mi casa estuvieron una sola vez fumigando, la primera vez. Pero la segunda vez que llegaron (las tucuras) vinieron muchísimas más”.
Sobre el envío de líquidos para combatir la plaga reveló que “me dieron un litro en agosto-septiembre pero estaba vencido. A las chiquitas cuando nacieron no las mató”.
Dijo sentir que “nos toman el pelo. La gente del campo sentimos que nos toman el pelo. A nosotros no nos visitan y tenemos los campos invadidos”.
Alicia Nahuelquir se expresó en la misma línea y contó que “sentimos que nos han dejado solos. Acá vinieron una sola vez a fumigar y después no hemos recibido nada”.
Contó que ella, “con un bidón, fumigué la orilla de mi casa –pero- me hizo re mal. Fumigué y rastrillé. Después tuve vómitos y dolor de cabeza”.
Por último, Marcelo Lino, también vecino del paraje; lamentó la presencia de la plaga que se come el pasto de los animales que les dan sustento. En la misma línea que Damiana y Alicia, contó que “nosotros estamos a caballo con la mochila” fumigando.
Recordó que la plaga data de hace 3 o 4 años y que en su momento, “no le dieron importancia”.
“Lo único que reclamo es que nos den una solución. Estamos cansados de luchar tanto en el campo. Nos estamos acostumbrando pero nos sentimos mal –porque- ponemos el pecho pero no damos abasto, no hay solución para nosotros”, lamentó.
“Es como que nos tuvieran afuera”, concluyó.