Oscar Madrid, un joven hondureño con una rara enfermedad pulmonar, fue operado en Argentina con una técnica extrema que implicó parar su corazón y vaciar su cuerpo de sangre. Hoy está vivo para contarlo.
Oscar Madrid tiene 27 años, es hondureño y hace apenas unas semanas sobrevivió a una cirugía extrema en Buenos Aires que literalmente lo trajo de vuelta a la vida. Padece una enfermedad autoinmune llamada síndrome antifosfolípido, que le provocó múltiples trombos en el cuerpo y lo llevó a desarrollar hipertensión pulmonar tromboembólica crónica, una condición grave y progresiva que amenazaba su vida. La única salida posible era una operación quirúrgica que no se realiza en su país. Tras meses de búsqueda, la esperanza apareció en Argentina.
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La operación fue realizada en el Hospital Británico por un equipo médico encabezado por el cirujano cardiovascular Marcelo Nahin. La intervención duró unas diez horas, y durante 50 minutos críticos se le detuvo el corazón, se vació su cuerpo de sangre y se redujo su temperatura corporal a la mitad. Solo así pudieron extraer los coágulos que bloqueaban su arteria pulmonar. Oscar pasó por ese infierno clínico con el objetivo de volver a respirar sin esfuerzo… y lo logró.
Su historia comenzó en 2019, cuando comenzó a sentir dolores en las piernas y dificultad para respirar. Tras meses de estudios y diagnósticos erróneos, le detectaron SAF, una enfermedad poco común que genera coágulos en el cuerpo. El cuadro se agravó con episodios de tromboembolismo pulmonar, y llegó a un punto en que no podía realizar tareas básicas como atarse los cordones sin asistencia. A pesar de su deterioro físico, Oscar logró recibirse de médico en Tegucigalpa, acompañado siempre por Andrea, su novia desde hace diez años.
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Consciente de la gravedad de su enfermedad, Oscar investigó opciones quirúrgicas por su cuenta. Así llegó a contactar al doctor Nahin en Argentina, donde se realiza esta intervención a un costo mucho menor que en Estados Unidos. El 26 de enero viajó con sus padres a Buenos Aires, y tras dos meses de preparación, enfrentó la operación con entereza. “Sentí que era mi segunda oportunidad de vida”, relata hoy desde un departamento en San Telmo, con la voz tranquila de quien venció a la muerte.
El caso de Oscar no solo es una historia de superación, sino también un testimonio del nivel de excelencia médica en Argentina, que se convierte en faro de esperanza para pacientes del mundo. Su recuperación avanza y, aunque queda camino por recorrer, su corazón volvió a latir fuerte gracias al trabajo de un equipo comprometido… y a un país que, sin conocerlo, le abrió los brazos.
Fuente: Infobae.