Tras una vida marcada por el abandono, una mujer de Neuquén obtuvo el permiso judicial para portar el apellido de su madre y dejar atrás el dolor.
En un caso inédito en Neuquén, una mujer de 73 años logró que la Justicia autorizara el cambio de su apellido paterno por el materno. La decisión responde a una historia de vida marcada por el abandono de su padre en la infancia y la necesidad de dejar atrás ese vínculo, que le genera profundo malestar emocional.
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La mujer, oriunda de un pequeño pueblo rural, relató en su presentación judicial que creció sin documentos ni acceso a la educación. Tras la muerte de su madre, su padre los abandonó a ella y a su hermano al cuidado de otra familia y nunca más volvió. “Cuando doy mi apellido me siento discriminada y dolida. No quiero pasar más por eso”, expresó en la demanda asistida por el defensor público civil, Nicolás Scagliotti.
El juez Jorge Sepúlveda, a cargo del caso, consideró que existían «justos motivos» para autorizar el cambio, como lo estipula el artículo 69 del Código Civil y Comercial. Entre los fundamentos se destacó un informe psicológico que subrayó el impacto del abandono paterno en la salud psíquica de la mujer. Según este documento, el proceso de reflexión que llevó a su decisión fue acompañado por un profundo malestar emocional y el deseo de reconectarse con la figura materna, que considera su verdadero sostén afectivo.
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La resolución también incluyó el testimonio de las hijas de la mujer, quienes apoyaron su decisión. El magistrado destacó que, a pesar del dolor asociado a sus pérdidas tempranas, la mujer no manifestó sentimientos de enojo o rencor, sino que su proceso personal la llevó a transformar esas emociones en resiliencia.
Fuente: Diario Río Negro.
Foto Matía Subat.