La decisión de Acindar de cerrar temporalmente sus cuatro plantas, especializadas en la producción de aceros largos y perfiles para la construcción, revela una profunda crisis en la demanda de este material.
La construcción, uno de los principales sectores consumidores, ya experimentaba una caída del 29.2%, según datos del Grupo Construya. Esta realidad se ve exacerbada por la paralización de la obra pública, situación crítica que la UOCRA advierte con despidos masivos, afectando a más de 150 mil personas.
La construcción también se ve fuertemente afectada en la ciudad de Rosario, donde obras significativas, como la ampliación de la ciudad y la restauración del Monumento a la Bandera, se ven frenadas. Sin financiamiento nacional, estas iniciativas quedan en pausa, generando caos vial y complicando el escenario para los trabajadores del sector.
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Por otro lado, la industria automotriz, vinculada directamente a la producción de Acindar, muestra un descenso del 16.7% en la fabricación de autos, contribuyendo a la espiral descendente de la demanda de acero. Los concesionarios, que ya enfrentaban una disminución del 28% en las ventas, anticipan tiempos difíciles.
La cadena de eventos negativos no se detiene aquí. La metalurgia, sector que incide directamente en la producción de Acindar, registra una disminución del 7.6% en su actividad. Este cierre temporal podría extenderse más allá de abril, según advierten desde la propia empresa, generando preocupación en la región de Villa Constitución, donde el 37.6% de las empresas ya perciben una situación mucho peor.
La crisis económica y laboral que se avecina plantea desafíos significativos. Las proyecciones para los próximos meses son sombrías, con el 90.9% de las empresas locales visualizando poca o ninguna posibilidad de incorporar trabajadores. La incertidumbre sobre la duración de la paralización de Acindar agrega una capa adicional de preocupación a una región ya golpeada por la recesión industrial.
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Este escenario refleja no solo los problemas específicos de la industria del acero sino también la fragilidad de la economía regional, que enfrenta dificultades adicionales debido a la interconexión de sectores afectados. El futuro se presenta incierto, y la reactivación económica de la región dependerá en gran medida de la prontitud con que se restablezca la demanda de acero y se reactive la producción de Acindar.