Una ola de violencia sin precedentes se desata en el norte de México y alcanza a Estados Unidos, tras la detención del capo Ismael «Mayo» Zambada.
Una alarmante ola de violencia ha estallado en los estados del norte de México y se ha extendido a la frontera con Estados Unidos, dejando un total de 99 asesinatos. Este recrudecimiento de la violencia se ha intensificado desde la detención de Ismael «Mayo» Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, quien fue entregado a la DEA por su propio hijo, Joaquín Guzmán López, en un episodio que recuerda los eventos del Culiacanazo en 2020.
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Desde la captura de Zambada, el país ha sido testigo de una espiral de violencia que recuerda a los peores momentos del narcotráfico. La semana pasada, se encontraron 11 cadáveres en Ojinaga, Chihuahua, y otros 15 en Baja California, evidenciando la gravedad de la situación en la región limítrofe.
El conflicto ha sido catalizado por la entrega de Zambada, que se llevó a cabo bajo circunstancias controvertidas, con su hijo presuntamente engañándolo para llevarlo a la DEA. Mientras algunos informes sugieren que la entrega fue voluntaria, la versión oficial enfatiza el engaño y la amenaza.
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El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha señalado a Estados Unidos como responsable de la escalada de violencia, argumentando que la detención de Zambada ha desatado el caos. En respuesta, el embajador estadounidense, Ken Salazar, ha afirmado que la situación es un problema que debe resolver el gobierno mexicano.
Mientras tanto, el gobierno intenta contener la crisis a través de una mayor militarización, pero la vida cotidiana en las regiones afectadas se ha paralizado. La población vive con miedo de salir a las calles, temiendo quedar atrapada en un fuego cruzado, y se reporta escasez de alimentos en algunas comunidades rurales.
Fuente: Nexofin
Foto: EL PAÍS