El liberal flamenco Alexander de Croo, actual ministro de Finanzas, será el nuevo primer ministro de Bélgica, tras anunciarse hoy un acuerdo para formar una inédita coalición de siete partidos políticos que pone fin a casi dos años sin un Gobierno de mayoría.
El líder de Open-VLD (Liberales y Demócratas Flamencos), de 44 años, estará al frente de la llamada Coalición Vivaldi que unirá bajo un mismo Ejecutivo a agrupaciones socialdemócratas, liberales, ecologistas y conservadores.
Será un Gobierno formado por siete agrupaciones que individualmente ninguna superó el 10% en las últimas elecciones y que deja afuera a las dos más votadas: la N-VA (independentistas flamencos) y la ultraderechista Vlaams Belang (Interés Flamenco).
De Croo sustituirá así a la primera ministra en funciones, la liberal francófona Sophie Wilmès, cuyo mandato interino termina mañana, según informaron este jueves los medios locales.
No trascendió todavía quiénes serán los ministros que lo acompañarán, pero los medios locales citados por la agencia de noticias EFE apuntan a que los socialdemócratas gestionarán carteras relacionadas con la agenda social, los liberales las de corte económico y los ecologistas las de energía y medioambiente.
Se especula también con la posibilidad de que se nombre un secretario de Estado para la crisis del coronavirus, que ya generó más de 10.000 muertos en el pequeño país europeo.
Se espera que De Croo pronuncie su discurso de investidura este jueves, cuando habrán transcurrido 650 días desde la caída del último gobierno estable de Bélgica, el del liberal francófono Charles Michel, quien actualmente ejerce de presidente del Consejo Europeo.
El trasfondo de la situación es la compleja división política y lucha de poder que existe en el país entre la región de Flandes en el norte y la francófona de Valonia en el sur, con Bruselas como zona neutral.
No hay partidos políticos nacionales, sino agrupaciones flamencas que obtienen votos en Flandes y de habla francesa que lo hacen en Valonia, lo que produce una enorme fragmentación que dificulta formar un Gobierno: entre 2010 y 2011 hubo que esperar 541 días para anunciar una coalición.
Los siete partidos de la Coalición Vivaldi juntan una mayoría de 87 de los 150 escaños del Parlamento belga, pero una minoría entre los asientos de las provincias flamencas (42 de 89 diputados totales), lo que puede ser un pequeño escollo en una coyuntura en la que crecen en votos de las agrupaciones nacionalistas de Flandes.
Pero la demanda por una mayor autonomía de la región no será el único tema que la eventual alianza deberá resolver: los demócratas cristianos flamencos chocan con sus posibles futuros socios en flexibilizar la actual ley de aborto y en ratificar el fin de la energía nuclear para 2025.
El nuevo Gobierno también deberá enfrentar la caída del PBI del 3,5% en el primer trimestre de este año y del 12,2 % en el segundo que provocó la pandemia, con un desempleo que se estima trepará al 7% a fin de 2020, según las proyecciones de la Comisión Europea.