Con la llegada de la primavera, las chaquetas amarillas comienzan a proliferar, representando un desafío tanto para la población como para los ecosistemas y la producción. En una entrevista con Radio 3, la Dra Susana Rizzuto de la UNPSJB sede Esquel, explicó que esta especie invasora se detecta en la región desde 1996 y que, aunque no es venenosa, puede generar graves problemas. «Es una especie muy agresiva, se alimenta de artrópodos e insectos, lo que afecta a la apicultura y a la producción de frutas», detalló Rizzuto.
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Uno de los momentos más críticos es al final de la primavera, cuando las reinas salen de su estado de hibernación para comenzar a construir sus nidos. «En esta época del año, es posible encontrar reinas buscando lugares donde hacer sus nidos. Si las vemos cerca de nuestros domicilios, es ideal eliminarlas antes de que crezca la colonia», aconsejó la experta. Estos nidos pueden formarse en huecos de casas o bloques, aunque en la naturaleza suelen ser subterráneos y alcanzar el tamaño de una pelota de básquet.
Rizzuto explicó que las chaquetas amarillas tienen un ciclo de vida anual, a diferencia de las abejas, cuyas colmenas permanecen activas todo el año. «Si eliminamos a las reinas ahora, nos evitaremos problemas en el verano», sugirió. Además, recomendó la utilización de trampas caseras con vinagre para atraer y eliminar a las reinas. «Se puede perforar una botella de gaseosa, colocar vinagre de manzana en su interior y colgarla en el patio o cerca de frutales», explicó.
A lo largo del año, las chaquetas amarillas cambian sus hábitos alimenticios. «En esta época, las reinas buscan sustancias avinagradas, pero en verano las obreras buscarán proteínas, alimentándose de carne o insectos. Hacia el final del verano, se sienten atraídas por las frutas y bebidas azucaradas, lo que puede resultar peligroso para las personas», advirtió Rizzuto. Una picadura cerca del cuello o la boca puede generar complicaciones graves, como el edema de glotis.
En relación a la apicultura, la experta destacó que las chaquetas amarillas representan una amenaza para las colmenas si no se gestionan correctamente. «Si las colmenas están bien cuidadas, no debería haber problemas. Sin embargo, es fundamental mantenerlas fuertes para evitar ataques de chaquetas amarillas o abejorros exóticos que también afectan la producción», explicó. La apicultura en la Patagonia tiene particularidades únicas, como la hibernación de las colmenas durante el invierno, lo que motivó investigaciones para entender mejor su comportamiento.
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El sábado, durante la Expo Uni, Susana Rizzuto y su equipo presentarán avances de sus investigaciones en colaboración con apicultores de la región. «Es vital difundir la importancia de las abejas no solo para la producción de miel, sino para la sostenibilidad del planeta como polinizadoras», concluyó la doctora, haciendo un llamado a la comunidad para proteger a las abejas y mitigar el impacto de las chaquetas amarillas.
Foto: Neoplagas.