Un grupo de científicos que trabajan en la base de investigación sudafricana Sanae IV, ubicada en la Antártida, se encuentra atrapado en una situación de emergencia luego de que uno de sus compañeros atacara a varios colegas, los amenazara de muerte y fuera acusado de agresión sexual. La grave denuncia fue realizada por el equipo de investigación, quienes suplican un rescate inmediato, ya que permanecerán en la base durante otros diez meses.
El mensaje, enviado la semana pasada, describe un clima de terror y desesperación dentro de la base, tras el comportamiento del investigador involucrado, quien generó una atmósfera de miedo e intimidación. Los miembros del equipo expresaron su preocupación por la seguridad de todos los involucrados, ya que temen ser las próximas víctimas de las amenazas o agresiones del agresor.
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Según el ministro sudafricano de Medio Ambiente, Dion George, se produjo un altercado verbal entre el jefe del equipo y el científico acusado. Después de esta pelea, el agresor agredió físicamente a su supervisor, lo que generó un clima de tensión y temor generalizado entre los demás científicos de la base. El ministro expresó su intención de hablar personalmente con el equipo para evaluar la situación y tomar medidas al respecto.
A pesar de que los científicos se someten a exámenes psiquiátricos antes de ser enviados a la Antártida, las duras condiciones de aislamiento y estrés en el continente polar pueden agravar la situación. En un ambiente tan hostil y aislado, las tensiones y el estrés se acumulan, afectando el comportamiento de los investigadores. La falta de interacción con el mundo exterior y las extremas condiciones de vida pueden desencadenar episodios de desorientación y agresividad, como lo señala el explorador Alan Chambers, quien vivió una experiencia similar en 2017.
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La base antártica Sanae IV está situada en una zona extremadamente fría, con temperaturas que bajan hasta los 23 grados bajo cero en invierno y vientos que alcanzan los 60 metros por segundo. A pesar de las condiciones extremas, la estación alberga a expertos en diversas áreas, como meteorología, medicina e ingeniería, quienes deben convivir en estrecho contacto durante largos períodos de tiempo.
Este trágico incidente en la Antártida pone en evidencia los desafíos psicológicos y emocionales que enfrentan los científicos que realizan investigaciones en lugares tan remotos. El aislamiento, la falta de interacción social y las duras condiciones de trabajo pueden llevar a situaciones extremas que ponen en riesgo la seguridad y la salud de los involucrados.
Fuente: RT.