Investigadores en Israel lograron un sorprendente avance al germinar una semilla milenaria encontrada en el desierto de Judea.
Esta semilla, descubierta hace cuatro décadas en una cueva y datada entre los años 993 y 1202 d.C., ha dado vida a un árbol apodado «Sheba», posible candidato para el esquivo «tsori» bíblico, mencionado por sus propiedades curativas en textos sagrados como el Génesis y Ezequiel.
MIRÁ TAMBIÉN: Miles de manifestantes en Bolivia exigen la renuncia de Luis Arce
La Dra. Sarah Sallon y la Dra. Elaine Solowey encabezaron el proyecto en 2010, plantando la semilla y obteniendo una plántula a las cinco semanas. Hoy, catorce años después, Sheba ha crecido a casi tres metros y produce resina con propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas, apuntando a una posible identificación como el mítico «Bálsamo de Judea».
Este árbol, perteneciente al género Commiphora, ha sorprendido a los científicos al presentar propiedades medicinales sin un aroma característico, lo que fortalece la hipótesis de su identidad como el «tsori» curativo, más que aromático, de la Biblia.
Fuente: Dw.