El cerebro es más complejo de lo que se creía. Un nuevo estudio publicado en Nature revela que, antes de tomar una decisión, el sistema nervioso no se fija en una sola opción, sino que analiza varias alternativas en paralelo. Así logra adaptar sus respuestas en entornos muy dinámicos.
Esta investigación, liderada por Joseph J. Paton junto a Google DeepMind, pone en evidencia que la dopamina no sirve solo para registrar placer o recompensa. Según el equipo, las neuronas dopaminérgicas están involucradas en la construcción de un “mapa de futuros posibles” que permite al cerebro ir más rápido y más seguro en cada elección.
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Este descubrimiento deja atrás el modelo clásico de toma de decisiones, más limitado y centrado en un camino. La nueva perspectiva revela que el cerebro trabaja como un administrador de probabilidades, considerando tanto el valor como el riesgo de cada alternativa antes de dar una orden de acción.
Este modelo tiene consecuencias más allá de la neurociencia. Según Wired, el procedimiento cerebral podría inspirar nuevos tipos de inteligencia artificial más eficientes. Al imitar el procedimiento de evaluación multiescenario de las neuronas, las redes neurales podrían dejar atrás métodos más simples pero más vulnerables en entornos específicos.
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Este descubrimiento también proporciona una base científica para entender comportamientos más complejos en el día a día. Al decidir a qué lugar ir o qué camino tomar, el cerebro tiene en cuenta varias alternativas antes de dar luz verde. Así logra encontrar soluciones más eficientes en contextos de incertidumbre, una capacidad que podría llevar tanto a robots como a software a funcionar de forma más autónoma en el futuro.
Fuente: Infobae.