Las altas temperaturas pueden afectar el crecimiento y la apariencia de las plantas. Conoce las señales de alerta y cómo ayudarlas a recuperarse.
Las plantas también sufren las consecuencias del calor extremo, al punto de experimentar estrés térmico, una condición que puede afectar su crecimiento y hasta hacerlas perder flores y frutos. Este fenómeno ocurre cuando la temperatura supera su rango óptimo de desarrollo y puede provocar su debilitamiento.
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Existen cinco señales principales que indican que una planta está sufriendo estrés por calor:
- Flores marchitas: la deshidratación causada por las altas temperaturas provoca que las flores pierdan su firmeza.
- Hojas amarillas o descoloridas: evidencia de falta de humedad en la planta.
- Hojas quemadas: producto de la exposición prolongada al sol o de un riego incorrecto durante las horas de calor intenso.
- Caída de frutos y flores: la planta prioriza su supervivencia y detiene la producción.
- Falta de crecimiento: el estrés térmico impide la aparición de brotes y hojas nuevas.
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Para recuperar una planta afectada por el calor, los expertos recomiendan realizar un riego profundo, trasladarlas a zonas de sombra o instalar sombrillas para reducir la exposición al sol. También es importante cortar las hojas y tallos dañados para estimular el crecimiento de nuevas estructuras.
Con estos cuidados, es posible ayudar a las plantas a superar el estrés térmico y mantener su desarrollo saludable incluso en los días más calurosos.
Fuente y foto: Mdz Online