El uso de la rapamicina como posible medicamento para promover la longevidad ha desencadenado un intenso debate en el ámbito médico y científico, ya que la popularidad de este fármaco crece entre médicos y pacientes en busca de una solución contra el envejecimiento.
Aunque algunos estudios en animales han mostrado resultados prometedores en la extensión de la vida, la rapamicina sigue siendo un medicamento no probado para este propósito en humanos.
Sin embargo, médicos y empresas de telesalud la están prescribiendo cada vez más como tratamiento antienvejecimiento, a pesar de la falta de evidencia clínica sólida.
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El debate se intensifica entre aquellos que ven el potencial de la rapamicina como un avance significativo en la medicina de la longevidad y aquellos que advierten sobre los posibles efectos secundarios y la falta de datos sólidos sobre su eficacia y seguridad en humanos.
A pesar de la creciente popularidad de la rapamicina y su adopción por parte de figuras influyentes en el campo de la longevidad, como Peter Attia, Eric Verdin y Bryan Johnson, muchos médicos y científicos enfatizan la importancia de no considerarla como un sustituto de un estilo de vida saludable, que incluye ejercicio y una dieta equilibrada.
La controversia sobre la rapamicina destaca la necesidad de una investigación más rigurosa sobre sus efectos a largo plazo en humanos y plantea preguntas importantes sobre la ética y la responsabilidad en el uso de tratamientos no autorizados para la longevidad.
FUENTE: El Mundo.