Salsipuedes
Salsipuedes es un rincón serrano perfecto para explorar mientras te sumerges en caminatas a la sombra de sus frondosos árboles. Un paseo clásico es a lo largo del río Salsipuedes, que serpentea por la ciudad. En el casco histórico, encontrarás la iglesia Nuestra Señora del Rosario, y si sigues unas cuadras al norte, podrás bordear la costanera Burgos.
A través de este camino, llegarás al Parque Juan Irós, donde puedes disfrutar de actividades al aire libre. A pocos pasos, encontrarás una joya cultural, La Joyita, una casa museo centrada en la vida de la cantante de tango Ada Falcón.
A diez kilómetros del centro, puedes visitar el Salto La Estancita, una cascada de 13 metros rodeada de hermosa vegetación. Para regresar a la ciudad, no te pierdas la oportunidad de disfrutar de la deliciosa comida criolla en «Rancho de Coco».
Agua de Oro
En Agua de Oro, puedes explorar la naturaleza que crece a lo largo de las orillas del río Agua de Oro. Se recomienda visitar el balneario municipal y una estancia que formaba parte del antiguo Camino Real, ahora un punto de interés gastronómico.
En esta área, encontrarás pozas naturales que son una atracción para los visitantes. Hacia el sur, puedes conocer la casona del Hotel San Leonardo, diseñada por el arquitecto Augusto Ferrari, y visitar un museo que celebra su obra y exhibe una colección de objetos retro en miniatura.
En cuanto a la comida, no te pierdas los chacinados caseros y los platos de trucha y salmón en los restaurantes locales. También hay una casa de té que ofrece delicias locales y otros clásicos para la tarde.
La Granja
La Granja, ubicada a solo 6 km al norte de Agua de Oro, es un lugar encantador con calles pintorescas y senderos que serpentean a través de la naturaleza de las sierras. Para sumergirte completamente en el entorno natural, visita la Reserva Natural Municipal Tiú Mayú.
Otra opción es disfrutar del aire puro y la belleza natural detrás de la colonia Los Polacos, donde el río La Granja forma cascadas y piscinas naturales debido a una formación rocosa.
Además, puedes visitar la capilla Nuestra Señora de Lourdes y degustar platos como ravioles crocantes de cabrito braseado en «El Bosquecito» o pastas caseras en «Doña Berta». No te olvides de probar las delicias locales y otras opciones de la tarde en las casas de té «Las Marías» o «Mil Hojas».
Ascochinga
A solo 11 km al norte se encuentra Ascochinga, donde la belleza de las antiguas construcciones se combina con la serenidad de ríos, balnearios y cerros. Puedes visitar la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, que fue visitada por John Fitzgerald Kennedy en 1941 antes de convertirse en presidente de Estados Unidos. La iglesia es de estilo neogótico y ofrece una caminata por el barrio Parque para explorar sus peculiaridades arquitectónicas.
En el corazón de este paraje, se encuentra un ejemplar de liquidámbar de más de 100 años, un testimonio del paso del tiempo. Puedes disfrutar de la parrilla, los ñoquis, sorrentinos e islas flotantes en «Puesto Roca» antes de dirigirte al próximo destino.
Jesús María
Tu aventura por las Sierras Chicas culmina en la ciudad de Jesús María, conocida como «guanusacate» en la época de los pueblos originarios. En la época colonial integró el Camino Real, que enlazaba el Atlántico con el Alto Perú. El plan incluye profundizar en la tradición local recorriendo la antigua Estancia Jesús María, hoy en día Museo Jesuítico Nacional. Allí se observa cómo se molían las uvas para la fabricación del vino que consumían los religiosos y la bodega en que se almacenaba. La Torre de los cuatro pétalos es una construcción emblemática del lugar.
La Torre de los cuatro pétalos es una construcción emblemática del lugar. Foto Córdoba Turismo. En la casona principal se exponen crucifijos, relicarios e imágenes religiosas de antaño. Hay también una colección de arqueología que explora la cosmovisión de los pueblos originarios desde la perspectiva jesuita. El trazado histórico continúa rumbo a la Torre de los Cuatro Pétalos. Esta extraña construcción perteneció a Gabriel Céspedes, intendente local entre 1914 y 1918. El sitio ofrece un circuito de realidad aumentada para conocer más sobre sus orígenes. El viaje llega a su fin en el Paseo de los Artesanos de la Plaza San Martín. Entre los puestos se percibe el cálido trato de los habitantes de Jesús María mientras se disfruta de obras, recitales y danzas que celebran su tradición.
FUENTE: Clarín
