Aunque nuestra cultura promueve los propósitos en fechas clave, los expertos aseguran que no existe un momento perfecto para iniciar nuevos hábitos. Descubre las claves para que tus cambios sean duraderos.
MIRÁ TAMBIÉN | Un proyecto innovador le ha dado vida al robot TARS de Interstellar
Cada inicio de año trae consigo la fiebre de los propósitos de Año Nuevo: hacer ejercicio, comer más saludable, ahorrar dinero. Sin embargo, investigaciones científicas revelan que solo el 20% de las personas logra mantener sus objetivos a largo plazo. ¿El problema? No hay pruebas de que comenzar un hábito en una fecha específica, como enero o incluso el inicio de primavera, sea más efectivo.
Wendy Wood, psicóloga conductual de la Universidad del Sur de California, señala que no existe evidencia científica que respalde que un “nuevo comienzo” en enero u otra época incremente las probabilidades de éxito. Más importante que la fecha, según los especialistas, son las razones profundas detrás de nuestras metas y la forma en que las perseguimos.
Parte del atractivo de fijar objetivos en fechas colectivas está relacionado con nuestra naturaleza social, según explica la neurocientífica Selena Bartlett. Los rituales como los propósitos de Año Nuevo fortalecen el sentido de pertenencia y apoyo comunitario. Sin embargo, este enfoque también puede tener inconvenientes, como depender de la motivación de otros o compararse con sus resultados, lo que puede desanimar si no logramos los mismos avances.
MIRÁ TAMBIÉN | 2025: El año de la IA generativa y su impacto en el futuro laboral y la seguridad
La clave, afirman los expertos, está en aprovechar los llamados “puntos de inflexión” personales, como un susto de salud o un hito significativo, para iniciar cambios arraigados en motivaciones profundas. Pero no es necesario esperar un evento trascendental. Según Kyle Smith, científico del comportamiento, el momento ideal para un cambio es ahora mismo, cuando sientas el deseo de hacerlo.
Para garantizar que tus hábitos se mantengan, los especialistas recomiendan dividir las metas en pasos pequeños y específicos, como dedicar 30 minutos diarios a caminar en lugar de proponerse metas vagas. También sugieren «apilar hábitos», combinando una nueva actividad con otra ya establecida, como leer un libro antes de acostarte después de lavarte los dientes.
Si bien el entusiasmo inicial puede decaer, estrategias como establecer recompensas inmediatas o comprometerse financieramente pueden ayudarte a mantener el rumbo. Lo más importante, como recalca la profesora Katherine Milkman, es no desanimarse ante los fallos: “Siempre hay una nueva oportunidad para empezar, ya sea en febrero, primavera o cualquier día del año”.
Fuente: National Geographic
Foto: Hofmann