Joaquín Irigoytía fue el mejor arquero sub 20 del mundo, ganó un Mundial con la Selección y hoy se dedica de lleno al derecho en Gualeguaychú.
Joaquín Irigoytía supo ser una de las grandes promesas del fútbol argentino. Formado en River y elegido mejor arquero del Mundial sub 20 de 1995, donde la Argentina se consagró campeona frente a Brasil, tuvo una carrera prometedora que lo llevó a debutar en el primer equipo del «Millonario» bajo la conducción de Ramón Díaz. Sin embargo, con el paso del tiempo, su vínculo con el fútbol profesional se fue deteriorando hasta dar un giro radical: hoy es abogado y tiene su propio estudio jurídico.
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Irigoytía llegó a compartir planteles con figuras destacadas, fue parte del plantel que ganó la Copa Libertadores de 1996, y su talento lo llevó a jugar en equipos como Hércules (España), Colón, Cerro Porteño (Paraguay), Cobras (México), Lanús y Aldosivi. Pero en 2006, tras una carrera marcada por altibajos, decidió colgar los guantes. “Mi carrera duró hasta que no lo soporté más”, afirmó, refiriéndose al desgaste por situaciones del entorno dirigencial y de representantes que lo alejaron del juego.
Lejos del fútbol, el exarquero redirigió su vida con determinación. Se recibió de abogado en la Universidad de Belgrano y actualmente trabaja en su estudio jurídico en Gualeguaychú, Entre Ríos. “No juego al fútbol, ni con amigos ni con colegas. Solo miro la Premier League de vez en cuando”, confesó, evidenciando una ruptura casi total con el deporte que marcó su juventud.
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A pesar de ello, reconoce que la disciplina del deporte profesional le dejó un legado imborrable que hoy aplica en su faceta legal. “La disciplina y el deseo de superación que tenía como futbolista lo conservo en mi vida profesional, eso no se pierde ni se olvida”, expresó con convicción.
La historia de Irigoytía es un claro ejemplo de cómo un cambio de rumbo puede significar una nueva oportunidad. De ser el mejor arquero juvenil del mundo a construir una sólida carrera legal, demuestra que después del fútbol también hay vida, y que el éxito puede vestirse de traje y corbata.
Fuente: TN.