El diácono Ramón Gerardo Leiva perteneciente a la Diócesis de Lomas de Zamora y el pastor Juan Vallejos, ambos veteranos de guerra, realizaron un oficio religioso en homenaje a los caídos en Malvinas este miércoles en Madryn.
«Lo que estuvimos en la guerra sabemos que no hay nada más valioso que vivir en paz. Yo quiero recuperar Malvinas, pero de manera pacífica, nosotros sabemos que la guerra no sirve para nada, sólo causa dolor», remarcó Leiva en lo que podría haber sido una homilía.
«Debemos aferrarnos a luchar por nosotros, pero sobre todo por lo demás, como lo hizo la gente de Madryn. No hubo un gesto más genuino de amor que ese, como me hubiera gustado volver a encontrarme con la enfermera que me acobijó en su casa, con los vecinos que me iban a ver cuando estuve acá, que me preguntaban qué necesitaba», anheló.
Leiva también expresó un sentimiento generalizado entre los Veteranos de Guerra: «uno de los momentos más tristes fue cuando arriaron nuestra bandera para poner la inglesa, sin que podamos hacer nada».
«Pero lo más triste de todo esto es sentir que seguimos luchando, en nuestra patria y contra nuestra gente, porque nos discriminan, no nos dan lo que necesitamos, porque no consideran a las familias de los caídos», criticó Leiva, que está casado y tiene hijos.
En el final de su mensaje, Leiva evocó a la Virgen María: «fue la primera madre en ver morir a su hijo, pero nunca dejó sólo Jesús, estuvo al pié de la cruz. Nuestras madres también sufrieron mucho por nosotros».
«Yo estuve muerto, sólo Dios me devolvió a la vida. Les pido perdón como integrante de la Fuera Aérea por todo lo que pasaron en Malvinas», aseveró por su parte el pastor Juan Vallejos, quien perdió una pierna en la guerra.
El acto se realizó en el monumento a los caídos en Malvinas, ubicado en la calle Rawson 250, y del mismo participaron autoridades municipales, Fuerzas Armadas y de Seguridad, Centros de Veteranos de todo el país, vecinos y la banda de música de la Policía del Chubut, que entonó las estrofas de la marcha de Malvinas.
El ministro de Educación, Leonardo De Bella, y el ingeniero Osvaldo Sala, responsable de la Administración Portuaria, fueron las dos únicas autoridades presentes en el homenaje.