Una comunidad evangélica de Santiago del Estero recibió una denuncia pública por presunto abuso sexual dentro de un templo.
El hecho ocurrió el pasado 11 de mayo, durante un servicio religioso en la Iglesia Cristiana Evangélica Jerusalén del Sur, ubicada en el barrio Almirante Brown, donde una feligrés acusó al pastor principal de acosarla a ella y abusar de su hija adolescente.
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La valiente intervención de la mujer interrumpió la ceremonia y expuso detalles del presunto comportamiento del pastor, generando conmoción entre los asistentes. Otra fiel se sumó al testimonio, y el intento de continuar con el culto fue en vano. Lo que siguió fue una ruptura profunda en la congregación y una convocatoria posterior que terminó en escándalo.
El 14 de mayo, en una reunión convocada para aclarar lo ocurrido, la tensión se desbordó: volaron sillas, hubo gritos, insultos y hasta agresiones físicas. Videos del episodio muestran a los fieles enfrentándose violentamente, en una escena caótica que evidencia una comunidad dividida. La madre de una de las denunciantes tuvo que ser retirada por su esposo ante la creciente violencia.
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Actualmente, la Fiscalía analiza las denuncias de abuso y las agresiones físicas registradas en video. Al menos cuatro personas están siendo asistidas por abogados, tanto por los delitos sexuales como por las lesiones ocurridas en el tumulto. Incluso se solicitaron eximiciones de prisión para evitar detenciones preventivas.
Mientras la investigación avanza, la iglesia quedó partida: un sector pide justicia y renuncias dentro de la conducción religiosa, mientras que otro defiende al pastor e impulsa la expulsión de quienes lo denunciaron. La Justicia será quien determine los próximos pasos, en medio de una comunidad atravesada por el dolor, la división y la desconfianza.
Fuente: Diario Panorama.