El cuerpo del capellán Franz Xaver Sidler fue embalsamado con una técnica única, jamás registrada antes, que logró conservarlo durante más de 270 años.
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Una fuga de agua en la cripta de la iglesia St. Thomas am Blasenstein, en Austria, condujo a un hallazgo científico inesperado: la momia de un sacerdote del siglo XVIII, conocida como el “capellán secando al aire”, fue objeto de un exhaustivo estudio que reveló un método de momificación sin precedentes. Los análisis aplicados, como tomografías computarizadas y estudios químicos, desvelaron detalles sobre su embalsamamiento, salud y muerte.
El cuerpo pertenecía a Franz Xaver Sidler von Rosenegg, un aristócrata que murió en 1746 a los 37 años. Fue preservado gracias a una técnica que consistió en rellenar el abdomen a través del recto con madera, tela y cloruro de zinc, lo cual absorbió fluidos corporales y detuvo la descomposición. El método, documentado por primera vez, sorprendió a los investigadores por su eficacia y originalidad.
Además del cloruro de zinc, los científicos encontraron materiales como lino bordado, cáñamo y madera de abeto dentro del cuerpo. Estos elementos ayudaron a fijar la humedad y conservar la integridad del cadáver durante más de dos siglos. La técnica es radicalmente distinta a las utilizadas en el Antiguo Egipto, donde se abría el cuerpo para embalsamarlo.
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Los estudios también arrojaron pistas sobre la vida del sacerdote: tenía una dieta rica en carnes y cereales, pero sus últimos meses estuvieron marcados por una posible desnutrición, probablemente vinculada a la Guerra de Sucesión Austriaca. En cuanto a su salud, los expertos detectaron tuberculosis crónica, lo que habría causado una hemorragia pulmonar aguda, considerada la causa probable de su muerte.
Finalmente, los rumores de envenenamiento fueron descartados. Un objeto extraño hallado en la pelvis resultó ser una esfera de vidrio, posiblemente parte de un rosario introducido accidentalmente durante el embalsamamiento. Este hallazgo no solo reconstruye la historia de Sidler, sino que amplía el conocimiento sobre prácticas funerarias poco conocidas del siglo XVIII en Europa Central.
Fuente y foto: Infobae