Hidratar la piel es esencial para mantenerla saludable y luminosa, pero elegir el momento adecuado puede potenciar los resultados. Tanto la mañana como la noche ofrecen beneficios únicos que vale la pena considerar.
Durante el día, la hidratación actúa como una barrera protectora frente a las agresiones externas, como los rayos UV y la contaminación. Usar cremas hidratantes con protección solar ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y a mantener la piel protegida. Este paso es fundamental para quienes están expuestos al sol o a entornos urbanos.
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Por la noche, la piel entra en un proceso de regeneración celular intensivo. Es el momento ideal para aplicar cremas con nutrientes que estimulen la reparación, como aquellas ricas en vitamina C o colágeno. Sin la interferencia de factores externos, los productos actúan en profundidad, mejorando la textura y la hidratación de la piel.
Para un cuidado óptimo, lo ideal es combinar ambos momentos: proteger la piel durante el día e intensificar su reparación durante la noche. Este enfoque equilibrado asegura una piel saludable, luminosa y bien hidratada en todo momento.
Fuente: C5N.
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