El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusó hoy en la Asamblea General de la ONU al Gobierno de Estados Unidos de «recrudecer» el bloqueo vigente desde hace más de medio siglo dentro de una «guerra no convencional» que tendría como objetivo «borrar» la Revolución lanzada por Fidel Castro.
Díaz-Canel pronunció un discurso pregrabado en el que acusó a las autoridades estadounidense de promover «un peligroso cisma internacional» y de hacerlo «con el pernicioso uso y abuso de las medidas de coerción económica», en alusión a las sanciones promovidas o mantenidas por las diferentes gestiones estadounidenses.
Washington «amenaza, extorsiona y presiona a Estados soberanos para que se pronuncien y actúen contra aquellos que identifica como adversarios», según Díaz-Canel, quien incluyó a Cuba dentro de esta lista de «países que no se les someten», informó la agencia de noticias Europa Press.
«Durante más de 60 años, el Gobierno de Estados Unidos no ha cesado ni un minuto en sus ataques contra Cuba. Pero en este momento crucial y desafiante para todas las naciones su agresividad supera los límites», lamentó el mandatario cubano.
Asimismo, señaló que el bloqueo económico «se ha recrudecido» con Biden en la Casa Blanca. «Se lanza contra nuestro país una guerra no convencional», agregó y se refirió a supuestos «fondos multimillonarios» que van a parar a «campañas de manipulación y mentiras» con el objetivo de proyectar «una imagen absolutamente falsa de la realidad cubana, sembrar confusión, desestabilizar, desacreditar al país y justificar la doctrina de cambio de régimen».
Díaz-Canel, no aludió directamente a las protestas de julio, que en su momento consideró que estaban orquestadas desde Washington.
«Cuba no le teme a la mentira ni se arrodilla ante presiones», aseguró lamentando que Estados Unidos no acepte alternativas «al modelo que conciben para su patio trasero».
El presidente cubano aprovechó su discurso para cuestionar el papel de EEUU en otros escenarios y señaló que «Naciones Unidas no puede ignorar la lección de Afganistán», donde habría quedado de manifiesto que «no se puede prevenir ni combatir el terrorismo» con bombas y que «la ocupación solo deja destrucción».
Afganistán -agregó- «no es un caso aislado». «Donde Estados Unidos interviene, se incrementa la inestabilidad, las muertes, el sufrimiento y quedan cicatrices perdurables», indicó Díaz-Canel.