El gobierno de Ecuador ha declarado un estado de excepción en seis provincias y en la capital, Quito, debido al aumento de la violencia generada por grupos de narcotraficantes.
El presidente Daniel Noboa emitió el decreto este jueves, señalando una «grave conmoción interna y conflicto armado interno», que afecta principalmente a las provincias costeras de Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena, El Oro, la amazónica Orellana, y la localidad minera de Camilo Ponce Enríquez, en Azuay.
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La medida, que tendrá una duración de 60 días, incluye un toque de queda de siete horas a partir de las 10:00 p.m. en algunas áreas de Guayas, Los Ríos, Orellana y Ponce Enríquez. Esta decisión surge en respuesta a la intensificación de los enfrentamientos entre bandas vinculadas a mafias extranjeras, como la albanesa, y carteles de México y Colombia, que buscan controlar las rutas y el mercado de la droga en Ecuador.
Desde enero, el país ha estado bajo un estado de «conflicto armado interno», lo que ha permitido el despliegue continuo de militares en las calles. A pesar de la implementación de esta medida, la violencia ha seguido siendo un problema crítico.
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Entre 2018 y 2023, la tasa de homicidios en Ecuador se disparó de 6 a 47 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Aunque el gobierno ha señalado que las muertes violentas disminuyeron un 17% en 2024 respecto al año anterior, la criminalidad sigue afectando al país, con constantes reportes de secuestros y extorsiones.
Fuente: DW.
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