El campeón vigente Germinal y Gaiman, por segunda vez consecutiva, se clasificaron este sábado a las semifinales del torneo Clausura de fútbol, al eliminar a Deportivo Roca y Huracán, respectivamente.
El Verde, que ganó 2-0 y superó la ventaja de 2-1 que Deportivo Roca había logrado en la ida (3-2 el global) se enfrentará a La Ribera, que barrió la serie con Marche al vencerlo 2-1 y 4-0 en ambos encuentros de cuartos de final (6-1 el global).
Guido Morón abrió el marcador a los 9 minutos del primer tiempo y le costó tanto a Germinal, que recién a los 43 del segundo Cristian Taborda anotó el 2-0, que definió la serie.

El equipo de Walter Dencor no la pasó tan bien, a tal punto que su capitán Darío Pellejero se retiró lesionado con una luxación en el hombro en el primer tiempo y Martín Francezón vio la roja en el segundo.
En tanto, el equipo de «Cachi» Viegas se medirá con JJ Moreno, verdugo de Racing, con el que empató en Madryn y le ganó 2-0 en Trelew.
Gaiman pasó, pese a no jugar bien este sábado, sobre todo en el primer tiempo, cuando Huracán se mostró superior y abrió el marcador a los 19 minutos a través del lateral izquierdo Tomás Castro, que empalmó en el segundo palo un tiro de esquina que había llegado desde la derecha.
En ese lapso, el Globo se podía haber quedado con un menos si el pedante árbitro, o en su defecto el asistente Ángel Díaz, hubieran visto un codazo de Mauricio Barriga al delantero Gustavo Schiscke.

En el segundo, Huracán prolongó su dominio y tuvo, en un centro cruzado que Martín Rodríguez no pudo conectar con precisión en la boca del arco, la mejor opción para estirar la ventaja y forzar los penales.
Gaiman se paró de contra para ir por el empate, aunque en el regreso dejaba algunos claros que Huracán intentó explotar en la réplica.

Schischke y Jonathan Gómez inquietaron en dos ocasiones e incluso Giardino debió ir abajo para contener un remate cruzado en una clara opción para el equipo de Viegas.
En su mejor momento, Gaiman encontró el empate por una mala interpretación del árbitro: llegó pelotazo profundo, Diego Jara cruzó primero para cerrar al ras del piso, rechazó la pelota y tocó el pie de Ayrton Thomas que, tal como hicieron varios de sus compañeros durante gran partido del juego, pegó un alarido tremendo que impresionó al árbitro y lo llevó a cobrar un penal que muy pocos vieron en el resto del estadio.

Schischke ejecutó la falta y su remate a los 33 minutos encontró las manos de Giardino y el palo derecho, pero con tanta fortuna que la pelota le quedó en la frente, justo para colocarla hacia el otro lado.
El árbitro protagonizó otro mamarracho: indicaba un tiro indirecto, como si Schischke hubiera quedado en posición adelantada, cuando la regla lo contempla para en caso de si el remate queda en los pies de otro jugador. O tal vez pensó que después del rebote no sirve volver a patear, pero eso lo contempla la nueva regla en el caso de la definición por penales. Ahora la cuestión es que las modificaciones reglamentarias todavía no se aplican en la Liga del Valle.

Pero gracias a la desesperada intervención del asistentes Guillermo Ulloa, que lo convenció de cobrar el gol en medio de la confusión del desorientado árbitro, se pudo desatar el festejo gaimense.
Parecía que la serie se había terminado, porque además Huracán no encontraba variantes, pese al ingreso del gigante Gabriel Obredor, lejos del nivel de otros tiempos.

Pero el Globo lo fue a buscar con dignidad y en un rebote el lateral Kevin Rychert que estaba fuera del área, pero justo en el medio, cabeceó al ángulo, lo que obligó al central Maximiliano Pereyra a estirar la mano como si fuera el arquero. Lógicamente, además de cometer un grosero penal, vio la roja por impedir con una falta una ocasión manifiesta de gol.
Tomás Amado se encargó de la falta y la secuencia de este penal mostró otra actitud reprochable del árbitro, la de hostigar al ejecutante para que no corriera la pelota del medio del punto penal, donde claramente había un pozo. Lo que hacía el jugador era correrla apenas hacia el costado para asegurarse de no morder el balón por el desnivel del campo. Lejos de entenderlo, Ferreira lo amenazaba.

No sirvió de mucho, porque Amado le pegó fuerte al costado izquierdo de Krebs y puso el definitivo 2-1 a a los 43 minutos.

EL partido volvió cobrar dramatismo porque el árbitro adicionó cinco minutos, lo mínimo que pudo haber agregado cuando él mismo les reprochaba a los futbolistas de Gaiman que uno de sus jugadores, Mariano Fernández, había estado tres veces en el piso, claro que todos esos minutos perdidos fueron con su absoluto consentimiento, cuando el reglamento marca que el jugador, sobre todo si ocurre en más de una ocasión, debe ser atendido fuera del campo.

Gaiman defendió bien la diferencia en esos minutos finales, Huracán no le pudo entrar y lo terminó eliminando por segunda vez consecutiva en cuartos de final.
Su próximo rival será Moreno que en los papeles aparece como un rival de mucho más cuidado.
POR DEBAJO DE LA MEDIA

Se coincide casi por unanimidad que el fútbol del Valle ha decaído en su nivel, y en consecuencia en interés y convocatoria. Pero las prestaciones de los árbitros, como la de Matías Ferreira, es bastante peor.
Un árbitro que indudablemente no tiene nivel para dirigir Primera división y que lo intenta simular con arrogancia y prepeando continuamente a los jugadores del campo y con gestos autoritarios en la zona de vestuarios, donde se hace custodiar por la policía como si fuera un primer ministro.
Ferreira es un mal árbitro y su techo no será más que este alicaído nivel local, pero además de todo es soberbio e irrespetuoso, lo que no hace otra cosa que remarcar su falta de capacidad.