El cambio climático amenaza con llevarse por delante a los tiburones. La subida de la temperatura y la acidificación de los océanos están afectando directamente la eclosión de sus huevos.
Un reciente estudio sobre todos los posibles escenarios climáticos alerta de que las consecuencias no afectarían sólo a la desaparición de los tiburones, sino al bienestar general del mar: «Dado que ocupan posiciones altas en la cadena alimentaria, la reducción de sus poblaciones afectaría a todas las comunidades de peces», afirma la autora principal del estudio, Noémie Coulon, estudiante de doctorado en el Laboratoire de Biologie des Organismes et des Écosystèmes Aquatiques en Francia.
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El estudio, presentado en la conferencia anual de la Sociedad de Biología Experimental en Praga, confirma que las aguas más cálidas afectan significativamente el éxito de la eclosión. Coulon y su equipo examinaron las mayores concentraciones de CO2, culpables de la caída de los niveles de pH y el calentamiento de los océanos, y su influencia en los embriones del tiburón Scyliorhinus canicula o pintarroja, una especie muy común en las costas cantábricas y murciana, y muy abundante en Europa.
La bióloga señala que las consecuencias para el resto de tiburones pueden ser incluso peores: «La pintarroja es conocida por su tolerancia a una amplia gama de temperaturas. Es probable que los efectos observados en ella sean mínimos en comparación a otras especies más vulnerables a los cambios ambientales», explica. El cambio climático podría afectar más negativamente a las especies cuya tasa de reproducción sea más lenta, como el tiburón nodriza o la raya espinosa, pescadas para su comercialización.
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En general, los tiburones y las rayas tienen bajas tasas de natalidad. Si a su lenta reproducción se le suma la caída del éxito del nacimiento debido al calentamiento global, asegura Coulon, las probabilidades de supervivencia de sus poblaciones son bajas. La investigación ha examinado el impacto del cambio climático en los embriones de los escualos en tres hipotéticos escenarios climáticos.
Los investigadores recopilaron datos de temperatura y pH registrados entre 1995 y 2014 para crear un escenario de control y compararlo con dos posibles escenarios futuros: el SSP2 o «a mitad de camino», y el SSP5 o «desarrollo impulsado por los combustibles fósiles». Estos escenarios proyectan el aumento del CO2 y la temperatura global hasta el año 2100.
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En el peor de los escenarios (SSP5), la tasa de supervivencia de los embriones es solo del 11%. En este escenario, la temperatura aumentaría 4,4 grados centígrados con respecto a la época preindustrial y la caída del pH del océano sería de 0,4 para el año 2100. En cambio, la situación es más positiva en el escenario de control y en el SSP2, con una tasa de supervivencia del 82%.
Esta investigación es la primera en demostrar que la variación estacional de la temperatura también es un importante factor de supervivencia para los embriones de los escualos. «La mortalidad fue más pronunciada en agosto, coincidiendo con las temperaturas del agua más altas, que alcanzaron los 23,1 grados centígrados», explica Coulon.
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A pesar de los peligros para la estabilidad de los ecosistemas marinos, Coulon ofrece cierta esperanza frente a los posibles escenarios climáticos. «Nuestros hallazgos demuestran que el escenario SSP2 más moderado puede limitar el daño infligido a especies como el tiburón pintarroja, lo que nos brinda un incentivo positivo para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero», concluye la bióloga.
FUENTE: El Mundo.