Los vestidos y trajes que deslumbran en la alfombra roja tienen vidas sorprendentes más allá del glamour del evento.
Cada vestido o traje usado en una alfombra roja simboliza semanas de trabajo artesanal y suele convertirse en un ícono de la moda. Pero, ¿qué sucede con estas piezas después de los flashes y las cámaras? Su destino puede incluir conservación en archivos, exposición en museos, ventas en subastas o incluso usos inesperados.
Tras los eventos, los atuendos son limpiados cuidadosamente debido a los residuos de maquillaje, aceites o perfumes que podrían dañarlos. Según Sarah Scaturro, conservadora del Museo de Arte de Cleveland, se utilizan métodos especializados dependiendo de la delicadeza de las telas.
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Luego, muchas prendas son almacenadas en condiciones controladas. The Wardrobe, dirigido por Julie Ann Clauss, alberga más de 100,000 piezas en su archivo, asegurando que cada una mantenga su forma y estado original.
Algunas prendas son exhibidas en museos, convirtiéndose en piezas de arte. Eventos como “Crown to Couture” en el Palacio de Kensington han mostrado vestidos emblemáticos como el de Billie Eilish inspirado en Marilyn Monroe, usado en el Met Gala 2021.
Otros atuendos encuentran nuevos dueños en subastas. Elizabeth Taylor regaló su vestido Dior de 1961, que años después se vendió por $200,000. Estas prendas adquieren valor histórico, además de su diseño.
Algunas estrellas optan por guardar sus vestidos. Kim Kardashian ha conservado casi todos sus atuendos del Met Gala, excepto el icónico vestido de Marilyn Monroe, que devolvió a un museo. Zendaya, por su parte, compró el vestido Givenchy de 1996 diseñado por Galliano que usó en 2023.
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No todos los vestidos tienen un final glamoroso. Lady Gaga olvidó su vestido Valentino tras los Globos de Oro 2019, que terminó en una subasta. Por otro lado, algunos trajes son modificados o desechados tras su uso, como el de Tyla en el Met Gala 2024, cuya falda fue cortada para facilitar sus movimientos.
Estos atuendos han trascendido su propósito funcional, convirtiéndose en artefactos culturales que reflejan la evolución de la moda. Como destacó Lucy Bishop, especialista en moda: “Los días en que un vestido era guardado y olvidado han quedado atrás. Ahora, cada pieza tiene un plan trazado para preservar su legado”.
Fuente: Infobae.
Foto:REUTERS/Mario Anzuoni.