Aunque parezcan mundos opuestos, ambos comparten un curioso origen vinculado al azúcar y a distracciones que cambiaron la historia de la cocina.
MIRÁ TAMBIÉN | La tragedia aérea en India revive viejas pesadillas
En apariencia, el dulce de leche y el microondas no tienen nada en común. Uno es artesanal, tradicional, típico del Río de la Plata. El otro, tecnológico, moderno, y nacido en un laboratorio militar. Sin embargo, comparten un rasgo fundamental: ambos fueron descubiertos por accidente, y en ambos casos el azúcar tuvo un rol protagonista.
La historia más difundida sobre el origen del dulce de leche ubica el suceso en 1829, en la estancia de Juan Manuel de Rosas. Una empleada preparaba una mezcla de leche y azúcar —la “lechada”— cuando la interrumpieron para avisarle que el general Lavalle había llegado. Al regresar, la mezcla se había transformado en una pasta espesa, oscura y deliciosa: el nacimiento inesperado de un ícono nacional.
Casi 120 años más tarde, en Estados Unidos, otra distracción marcaría el inicio de una revolución en las cocinas. Percy Spencer, ingeniero en la empresa Raytheon, notó que una barra de chocolate se derretía en su bolsillo mientras trabajaba con magnetrones, tubos que generaban microondas. Intrigado, comenzó a experimentar con otros alimentos, y así nació el principio del horno microondas.
MIRÁ TAMBIÉN | Científicos del CENPAT explorarán zonas profundas del Atlántico Sur
Lo que ambos casos tienen en común no es solo el azar. El calor, el azúcar y la capacidad humana de observar lo inesperado fueron los ingredientes clave para que nacieran tanto un postre irresistible como un electrodoméstico indispensable.
Hoy, el microondas es un aliado para preparar en minutos recetas clásicas como el flan con dulce de leche, una unión perfecta entre pasado y presente culinario. Un ejemplo: en una taza, mezclando huevo, leche condensada, leche común, esencia de vainilla y una cucharada de dulce de leche en el centro, se puede lograr un postre exquisito en solo tres minutos de cocción.
Así, dos descubrimientos separados por siglos, contextos y continentes, conviven hoy en millones de cocinas, unidos por su origen fortuito y por seguir haciendo más dulce la vida cotidiana.
Fuente: Noticias Argentinas
Foto: Archivo