A través de la Resolución 252/2025, el Gobierno autorizó el uso de biocombustibles puros o mezclados en el transporte naval y creó la figura del “Operador de Bunker”. La medida busca reducir emisiones y alinear la logística portuaria con criterios de sostenibilidad.
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El Gobierno nacional oficializó este lunes la autorización para que las embarcaciones marítimas y fluviales puedan utilizar biocombustibles, ya sea en su estado puro o mezclados con combustibles fósiles. La decisión fue publicada en el Boletín Oficial mediante la Resolución 252/2025 del Ministerio de Economía y apunta a reducir las emisiones contaminantes del sector naval.
Según informó la Secretaría de Energía, la medida “resulta conveniente” en el contexto actual, donde el uso de combustibles alternativos está en expansión y las tecnologías ya permiten su aplicación segura. El texto remarca que la elección del tipo de combustible quedará sujeta a la compatibilidad de los motores de cada embarcación.
La iniciativa se enmarca en lo dispuesto por la Ley 27.640, que regula hasta 2030 el sistema de producción, almacenaje, distribución y comercialización de biocombustibles en Argentina. Además, introduce una nueva categoría dentro del Registro de Operadores de Biocombustibles y Mezcladores: la de Operador de Bunker, que incluirá a quienes abastezcan con este tipo de energías a embarcaciones fluviales y marítimas.
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Entre los requisitos para inscribirse como operador se exige: la constancia de inscripción como almacenador, certificado de auditoría de seguridad, habilitación ambiental, currículum del responsable técnico, alta en el sistema registral de Aduana y una descripción detallada de la operatoria. En caso de no contar con instalaciones propias, los interesados deberán acreditar contratos con empresas habilitadas como almacenadoras.
Con esta reglamentación, el Gobierno avanza en la descarbonización del transporte naval, un sector que históricamente ha tenido altas tasas de emisión de gases de efecto invernadero. Si bien el uso de biocombustibles ya estaba extendido en la industria automotriz, su aplicación en el ámbito marítimo era incipiente.
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La medida también anticipa un cambio en la infraestructura portuaria nacional, con implicancias sobre la logística, el abastecimiento energético y la planificación operativa de las hidrovías, claves para el comercio interior y exterior argentino.
En línea con los objetivos de la Organización Marítima Internacional (OMI), Argentina se suma así a una tendencia global orientada a reducir progresivamente el uso de combustibles fósiles en la navegación comercial.
Fuente y foto: Ámbito Financiero