Mientras el mundo avanza hacia el futuro con inteligencia artificial y tecnología de punta, Aditya Vij viaja en la dirección opuesta.
Este antropólogo de Nueva Delhi convirtió su hogar en un museo vivo que alberga más de 22.000 objetos antiguos, desde cámaras vintage y gramófonos hasta fósiles de millones de años. Su propósito: rescatar del olvido aquellos artefactos que alguna vez definieron la vida cotidiana.
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El vínculo de Vij con la historia comenzó a los ocho años, cuando encontró su primera caja de fósforos en la calle. Hoy, más de cuatro décadas después, su colección incluye cajas centenarias, muchas de ellas con ilustraciones religiosas o políticas. “No es solo la posesión de estos objetos, sino el proceso de buscarlos lo que me emociona”, afirma. Para él, cada artículo cuenta una historia que vale la pena preservar.
Algunas piezas llegaron a su poder por suerte y rapidez. Como cuando rescató una antigua radio de ser destruida por un chatarrero. «Treinta segundos más y la habría perdido», recuerda. Esa anécdota resume su filosofía: estar alerta para salvar el pasado antes de que desaparezca para siempre.
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La casa de Vij no es solo un depósito de recuerdos; también es un espacio educativo. Padres y maestros llevan a niños a conocer cómo funcionaban cámaras de rollo, máquinas de escribir o teléfonos de disco. “Cuando me dicen que nunca habían visto algo así, siento aún más urgencia de conservar todo esto”, explica.
En un mundo que archiva lo viejo con facilidad, Vij defiende la memoria como un legado. Sueña con fundar un museo formal que conecte a las nuevas generaciones con las raíces de la innovación. “Lo que una vez fue común ahora es raro. Y si no hacemos algo, será olvidado”, sentencia.
Fuente: AP.
Foto: Manish Swarup – AP.