Aunque parezca insólito, un grupo de personas se manifestó en las puertas del Museo de Ciencias Naturales de La Plata con un objetivo desconcertante: negar la existencia de los dinosaurios. A pesar de la abrumadora evidencia fósil que respalda su existencia, este movimiento, conocido como «dino-negacionismo», avanza con argumentos sin sustento científico, generando preocupación en la comunidad académica.
Argentina ha sido históricamente una tierra rica en hallazgos paleontológicos. Desde el Patagotitan mayorum descubierto en Chubut hasta el Saltasaurus loricatus de Salta, el país alberga algunos de los ejemplares más imponentes del periodo Mesozoico. Estos descubrimientos no solo han captado la atención de científicos de todo el mundo, sino que también han contribuido significativamente al conocimiento sobre la evolución de la vida en la Tierra.
Sin embargo, hay sectores que rechazan esta realidad. El dino-negacionismo en Argentina tiene vínculos directos con el movimiento terraplanista, y encuentra eco en sectores conspirativos y religiosos. Según el doctor en Filosofía Claudio Cormick, especialista en negacionismo científico, esta corriente surgió en 2015 en Estados Unidos. “Apareció luego del estreno de una de las películas de Jurassic Park. Algunos espectadores decían que, si era tan fácil replicar dinosaurios en el cine, entonces los fósiles reales también podían ser falsificaciones”, explicó.
MIRÁ TAMBIÉN: La PFA recuperó cientos de valiosos documentos históricos
Los adherentes a este movimiento sostienen que los fósiles son una invención, que la paleontología se basa en conjeturas sin pruebas concretas y que la narrativa sobre los dinosaurios contradice textos religiosos como la Biblia. En realidad se trata se una interpretación muy cuestionable de los textos sagrados, sacados de contexto.
También aseguran que las universidades y museos promueven una gran conspiración para manipular el conocimiento. Frente a estas afirmaciones, la comunidad científica insiste en que la existencia de los dinosaurios ha sido documentada mediante métodos rigurosos y evidencia empírica.
Cormick señala que en Argentina la agrupación “Nur para todos”, encabezada por Iru Landucci —un conocido referente terraplanista—, fue quien promovió el encuentro frente al museo. En sus redes sociales, donde acumulan casi 100 mil seguidores, los participantes se definen como “librepensadores” y proclaman consignas como “No nos extinguimos”, en alusión a los dinosaurios.
Este tipo de eventos buscan generar una reacción pública y mediática, apelando a la provocación. “Se trata de un fenómeno ‘bait’, que busca llamar la atención cuando el impacto del terraplanismo ya está desgastado. Al negar algo tan establecido como los fósiles, logran renovar el interés y el escándalo”, afirmó Cormick.
MIRÁ TAMBIÉN: Congelan casi 45 millones en criptomonedas por el caso $LIBRA
Las personas que adhieren a ellos suelen ser más proclives a rechazar otras evidencias científicas, como el cambio climático o la eficacia de las vacunas. En lugar de valorar el consenso científico, adoptan posturas subjetivas basadas en lo que “sienten como verdad”, una tendencia peligrosa en tiempos donde la desinformación se expande con rapidez.
La situación plantea un desafío para los medios de comunicación. Los especialistas advierten que no se trata de simplemente ridiculizar estas expresiones, sino de abordarlas con responsabilidad, ofreciendo información clara y rigurosa. Frente al avance del negacionismo, es fundamental que la voz de la ciencia tenga un lugar destacado en la conversación pública.
Fuente: Universidad Nacional de Quilmes.