El magistrado señaló que la Fiscalía no fundamentó su pedido de prisión preventiva y que no puede actuar sin requerimiento fundado.
El juez penal Jorge Novarino explicó este miércoles por qué no revocó la prisión domiciliaria de Miguel Vargas Nehuen , condenado por el femicidio de Ana Calfín, antes de su fuga. El magistrado aclaró que la solicitud de la Fiscalía carecía de fundamentos y que, como juez técnico del juicio, no puede modificar una medida de coerción sin que una de las partes lo pida de forma adecuada.
La decisión de mantener a Vargas en su domicilio fue tomada en audiencia a pesar del pedido del Ministerio Público Fiscal, de aplicar la prisión preventiva en un centro de detención. El Juez explicó que la defensa se opuso argumentando que durante un año y medio no hubo incumplimientos y por eso determinó dar la razón a la defensa. Remarcó que no puede «resolver por intuición», sino fundado en pedidos concretos, como lo establece el Código Procesal Penal.
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El juez subrayó que todas las decisiones judiciales son revisables, pero en este caso la resolución no fue apelada ni revisada por otros magistrados durante los días posteriores a la audiencia. “Nos desayunamos con la noticia de la fuga”, dijo el magistrado.
Respecto a la posibilidad de anular el juicio si no se celebra la cesura de pena en los próximos días, Novarino indicó que eso deberá analizarse llegado el momento, ya que aún no se celebró esa instancia del proceso. Además, reiteró que como juez técnico no tiene funciones de investigación ni persecución penal.
El magistrado evitó pronunciarse sobre el desempeño de la Fiscalía en este caso, aunque resaltó que cuenta con equipos altamente especializados.