El deseo de simpleza del papa argentino se ve empañado por un insólito error de grabado en su lápida en la Basílica de Santa María la Mayor. Miles de fieles lo notan y protestan.
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El papa Francisco eligió la sencillez para su despedida final. Tal como había solicitado en vida, sus restos descansan en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, su iglesia preferida por estar consagrada a la Virgen. Su última voluntad fue clara: una tumba humilde, con su nombre en latín —»Franciscus»— grabado en una lápida sin ornamentación. Sin embargo, un error en la inscripción despertó el enojo de miles de fieles que acuden a rendirle homenaje.
Desde el domingo, los visitantes que llegan hasta el sepulcro papal no dejan de señalar un detalle que, para muchos, resulta imperdonable. La inscripción no dice simplemente «Franciscus», sino que presenta una anomalía visual notoria: «FR A NCISCUS». La letra «A» quedó separada del resto, generando un espacio desproporcionado entre la «R» y la «N». El grabado se vuelve aún más extraño cuando se observa que la «V» —representación latina de la «U»— también aparece levemente desalineada.
La prensa italiana, incluyendo medios como L’Espresso, se hizo eco del malestar general. «Desde la antigüedad, los artistas sabían grabar letras con proporciones precisas. Este caso es un retroceso incomprensible», criticaron. La lápida, hecha de piedra caliza y mármol de Liguria, debía reflejar la humildad del pontífice argentino. Pero su fallida ejecución ahora opaca ese mensaje.
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En el centro de la polémica está no solo la estética, sino el respeto por la figura del Papa. Francisco había pedido que su tumba estuviera junto a la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, en la capilla donde tantas veces rezó. Y si bien el entorno refleja su espíritu austero, el error de tallado resalta por contraste y ha motivado el reclamo de los fieles, quienes exigen una corrección urgente.
La rosa blanca que adorna la lápida desde el primer día —flor favorita del «padre Jorge»— contrasta con el malestar que genera la inscripción fallida. Muchos coinciden en que basta con llamar a un marmolista experto para reparar la desproporción. Por ahora, en la tumba del papa no se lee «Franciscus», sino una versión deformada: «FR A NCIS V S».
Fuente y foto: A24