Loco lindo, Miguel. Siempre optimista. No cambio y, obvio que, a esta altura, ya no lo va a hacer. Imparable e imprevisible en sus tiempos con los cortos. Marcó una época, quizás justo en el cierre de la más dorada de nuestro fútbol, cuando en base a corridas pegadas a la línea de cal, llegaba al fondo y, de manual, tiraba el centro atrás, o cuando él mismo metía alguna diagonal para terminar la acción festejando con los brazos bien abiertos.
Miguel González charló con el programa “Nada Personal”, que se emite todos los mediodías en radiosudaca.org, la FM Comunitaria de Trelew, y que tiene su reiteración todas las noches a partir de las 22.
Primero habló de la falta de jerarquización de los técnicos en el ámbito de la redonda local, mencionando que “acá hay responsabilidades compartidas, en esto que en los clubes estén trabajando entrenadores que no son recibidos. La culpa es de la escuela, nosotros mismos como dtés, los clubes que contratan y hasta de la misma Liga, porque tengo entendido que varias notas se las ha enviado a los dirigentes de la misma y nunca actuaron al respecto. Pero algún día y de una vez por todas, el tema se tiene que resolver. El trabajo tiene que ser del que tiene el título, después quedará en demostrar cómo trabaja, si lo hace bien o mal, ese es otro cantar”, expresó.
«En verdad no sufrí para nada la abstinencia de fútbol. Extraño lo justo y necesario, pero sin locuras. Enseguida entendí la gravedad de lo que nos estaba pasando y nunca descreí del tema, así que fue cuestión de ir acostumbrándome».
El “Loco” o “El cartero del gol”, según fue pasando el tiempo, luego dijo que “alcancé a dirigir un partido en Ever Ready de las dos fechas que duró el torneo local. Fue para darle una mano a Mauro Uribe y a David Bouquet. Y enseguida llegó la pandemia”, recordó.
El nacido en Paraná, Entre Ríos, el 28 de abril de 1959, entiende que “cuando suceda alguna vez, será toda una complejidad volver al fútbol y más entre nosotros, todo amateur. No creo que ni alcance el mes y medio para entrenar, porque a las secuelas físicas que dejará un año de inactividad, se le sumará el aspecto económico y el tema psicológico que nos va dejando todo esto”, recalcó.
«Quizás harán falta hasta dos meses previos de prácticas para luego jugar. El físico, el trabajo y el bolsillo, lo mental y todo un combo muy difícil de volver a ensamblar, más lo que costará volver a juntarlos! Y habrá que sumarle como estará club en ese momento. La crisis es enorme», consideró Miguel.
Sumando el jugador que defendió 7 casacas y lo que y lleva como DT, Miguel González lleva 41 años ligado a la redonda.
Hombre de mil batallas con defensores aguerridos y bien ásperos de aquellos memorables tiempos, cientos de escenarios chivos y hasta inolvidables duelos verbales con árbitros, que lo hicieron abandonar la cancha antes de tiempo, más por eso, por protestón que por pegar, aunque de vez en cuando también se defendía en lo físico.
El “siete bravo”, hoy, atraviesa quizás el momento más álgido de su deportiva vida de película.
«Tengo Covid-19, aunque gracias a Dios ya estoy a punto de ser dado de alta. No tengo ni idea como me contagié. En casa siempre fuimos responsables en los cuidados. Era paciente de riesgo, porque sufro diabetes y tengo 61 años, así que el temor siempre estuvo».
Sobre cómo fue sintiéndose desde que tuvo los primeros síntomas, contó que “perdí el gusto y el olfato, así que inmediatamente concurrí al hospital, aunque no me dieron ni pelota. Pero nada ehh, cero, así que me volví a la casa recaliente. Al otro día volví a ir, me tomaron los datos y me dijeron que me aisle, nada más”, comentó.
Agregó posteriormente que “pasaron las horas y alguien después me aclaró que en el sistema de salud apenas te presentás con esos síntomas, para ellos ya sos positivo. El lunes feriado un amigo logró que me hagan un hisopado en Rawson y ahí saltó que era positivo. Seguía aislado pero ya sin la angustia de saber qué me estaba pasando”, afirmó.
«A partir de ahí sí comenzaron los llamados permanentes. Una doctora me fue preguntando todo. Al gusto y el olfato lo recuperé en tres días, pero tuve un día de un dolor tremendo en la espalda y en toda la columna vertebral hasta la cintura. También algo de angustia y algunas noches de pánico», describió.
González menciona también que “tuve un leve resfrío y la doctora todos esos días me sugirió que solamente tomara Paracetamol. Mi dolor en la espalda era óseo, donde se unen la columna con la cintura. No podía estar sentado, ni parado ni nada. Era terrible”, sostuvo
“No es joda, por más que muchos sigan diciendo que no es real o tantas cosas que se escuchan por ahí. Hay que cuidarse muchísimo, no hay otra. Si te toca, que sea por azar pero no porque no hiciste caso a lo que nos vienen diciendo desde marzo”, enfatizó.
«Hubo noches de pánico, te hacés la cabeza y eso te mata. Mi señora Marisa fue un soporte fundamental. Ella también se aisló conmigo para hacerme la pata. A mi me dan el alta mañana (por este martes) y a ella en cuatro días, pero nos vamos a quedar unidos hasta que esto termine».
En el final, tal cual es su costumbre, se despidió con una humorada: “el mismo día de mi positivo, se supo el contagio de Cristiano Ronaldo ja ja. Los grandes también caemos. Él de pura envida, nomás. Así que sospecho que fue cuando nos entrenamos juntos y después nos cambiamos las camisetas ja ja”, remató la charla soltando una carcajada.
Gentileza: Héctor Fabián Araneda – radiosudaca.org
