Este viernes 9 de julio se cumple el 10º aniversario de la desaparición de Reimundo Nazario Pino en la Meseta chubutense.
El vecino era peón rural, miembro de la comunidad mapuche-tehuelche Los Pino, y había sido llevado unos días antes a realizar trabajos de campo en el establecimiento El Portezuelo, a unos 40 km de Gan Gan.
Allí fue visto por última vez en la madrugada del 9 de julio de 2011, por el peón Elbio Cumil, en medio de la situación ocasionada por las cenizas del volcán Puyehue, que no permitían ver nada en toda esa amplia zona de la Meseta.
Así es que en esas primeras semanas, se tuvieron que suspender varios rastrillajes por la imposibilidad de avanzar. Sin embargo, la familia y la comunidad de Gan Gan realizaron un importante esfuerzo en la búsqueda durante esos primeros días.
Junto a doña Hortencia Hueicha, madre de Reimundo y lonko (autoridad) de la comunidad Los Pino, los familiares golpearon todas las puertas de los organismos para que no se abandone la búsqueda y para conocer la verdad sobre lo sucedido.
“Muchos intentos, mucha esperanza puesta, pero al parecer más que la cenizas, la impunidad es la que tapa todo”, recordaron desde la comunidad.
“La vida no vale nada”, expresaban los pobladores de la Meseta hace unos años al recordar la desaparición y al ver las actuaciones de la Fiscalía de Puerto Madryn, que tiene a su cargo el expediente del caso Nº 24.206.
El caso generó conmoción ya que sobre el final de la década de los ’90 las comunidades de la zona ya denunciaban la falta de respuestas sobre las muertes y desapariciones de varios de sus vecinos y familiares como Cervantes Huayquilaf, Daniel Muñoz, Victoriano Cual, José Pichalao, Juan Crespo y Juan Carlos Cañiu, lista que fue incrementándose con el pasar del tiempo.
Vale recordar en este contexto el caso de Narciso Pino, primo de Reimundo, quien desapareció de un establecimiento rural donde estaba trabajando, en la zona de Talagapa, a unos 45 km de Gan Gan.
Este caso comenzó hace 8 meses, cuando el 3 de noviembre el vecino fue visto por última vez, y desde entonces no se pudo hallarlo, pese a las varias búsquedas y recursos utilizados. “Si bien se encontraron rastros, misteriosamente se esfumaron”, señalaron desde la comunidad.
“La Meseta no olvida y sus pobladores y pobladoras reclaman conocer la verdad de estos casos, siguen persiguiendo Justicia y que de una vez se corte con tanta impunidad”, sentenciaron.
“La familia Pino sigue pendiente de estas situaciones, esperando saber que paso con sus parientes. Doña Hortencia, de 85 años, aún reclama verdad y a pesar de la desazón espera noticias que le aclaren la pérdida de uno de sus 11 hijos”, cierra el recordatorio la comunidad de Gan Gan.