En una entrevista con Radio 3, la médica pediatra Lorena Garcés advirtió sobre la importancia de estar atentos a las alergias alimentarias en la población pediátrica. «Las alergias alimentarias nosotros las podemos definir como efectos adversos generados por los alimentos a través de diferentes mecanismos», explicó Garcés.
La especialista señaló que estas alergias pueden ser «alergias mediadas inmunológicamente, es decir, con anticuerpos, con una respuesta inflamatoria». Estos casos, conocidos como anafilaxia, «son los que tanto le temen todos, que se hincha la boca, que me cuesta respirar, que compromete varios órganos».
Un ejemplo claro, según Garcés, es «el alérgico al maní. El alérgico al maní come algún alimento con maní o algún turrón que contenga y comienza, cuando son mediadas por IgE (inmunoglobulina E), a toser, vomitar, dificultad respiratoria, se le inflama la lengua, la boca, picazón, hormigueo, les cuesta respirar, terminan en la guardia colocándose el tratamiento para una alergia grave».
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La pediatra enfatizó que «estas alergias, claramente, uno las vuelve a desafiar, sabe que es el alergiano y quienes son alérgicos a esto deben tener una medicación que los acompañe, porque pueden hacer la filaxia en cualquier momento, que consuman esto y que no sepan que el producto tenga la alergia».
Por otro lado, Garcés explicó que existen alergias alimentarias transitorias, como la alergia a la proteína de leche de vaca, que «aparecen en los bebés, en los lactantes o los que están alimentados con fórmula en los primeros veces de vida». En estos casos, indicó que «lo que nosotros hacemos es una dieta de exclusión a la mamá, si está alimentándose con teta y al bebé, durante por lo menos 6 meses, un año o hasta el año de vida del bebé y después se reincorpora».
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La especialista resaltó que «la gran mayoría se toleran, algunos alergenos no o tardan mucho más, por ejemplo la alergia al huevo tarda muchísimo más y esa es una de las alergias que podría pasar a la vida adulta y la del maní no es común en los niños y es más común y frecuente de la adolescencia para arriba y esa se instaura prácticamente para toda la vida».
Ante una posible reacción alérgica grave, Garcés recomendó acudir de inmediato a una guardia médica. «Si yo veo que compromete más de dos órganos -es decir- se me hinchó la boca y toso, vomito o respiro agitado o me duele mucho la panza o me pongo todo colorado o se me hormiguea la lengua, tengo que asistir a una guardia para consultar», advirtió.
La médica pediatra concluyó enfatizando la importancia del control anual con el pediatra.