Un reciente estudio revela que distintos tipos de tampones pueden contener hasta 16 metales, incluidos tóxicos como el plomo y el arsénico. Publicada en Science Direct, la investigación sugiere que los tampones podrían ser una «fuente potencial de exposición a metales en personas que menstrúan».
Se necesitan más estudios para determinar si estos metales pueden filtrarse de los tampones y atravesar el epitelio vaginal hacia el torrente sanguíneo. El estudio observó variaciones en las concentraciones de los metales según la región, el material orgánico y la marca.
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Jenni Shearston, autora principal del estudio y becaria postdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Berkeley, señaló la falta de investigaciones sobre las sustancias químicas presentes en los tampones, a pesar de su potencial impacto en la salud pública. Shearston y su equipo examinaron 30 tampones de 14 marcas y 18 líneas de productos.
La experta Valentina Milanova, fundadora de la empresa de salud ginecológica Daye, que no participó en el estudio, destacó que la presencia de metales tóxicos en todas las muestras analizadas pone de manifiesto un problema sistémico en el sector que exige atención inmediata.
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Milanova explicó que el tejido vaginal es muy absorbente, lo que podría permitir que estos metales entren directamente en el torrente sanguíneo, eludiendo los sistemas naturales de filtración del organismo. La exposición al plomo puede provocar problemas neurológicos y de salud reproductiva, mientras que el arsénico, un conocido carcinógeno, puede causar diversas complicaciones de salud.
FUENTE: DW.
FOTO: AP.