Un estudio reveló que los glaciares cercanos a volcanes activos se desplazan un 50% más rápido, lo que podría convertirse en una herramienta clave para predecir erupciones.
MIRÁ TAMBIÉN | «Wicked» rompe récords en su debut y «Gladiator II» domina la taquilla global
La conexión entre glaciares y volcanes está revelando nuevos caminos para la predicción de erupciones volcánicas. Un reciente estudio publicado en Communications Earth & Environment por investigadores de las universidades de Aberdeen, Birmingham y Manchester concluyó que los glaciares situados cerca de volcanes activos se mueven casi un 50% más rápido que aquellos en zonas no volcánicas.
Esta aceleración, según los científicos, es causada por el calor geotérmico liberado por los volcanes, el cual derrite el hielo en la base de los glaciares y reduce la fricción con el suelo. Como resultado, estos glaciares fluyen con mayor rapidez, un fenómeno que podría utilizarse como indicador de actividad volcánica subterránea.
El estudio analizó datos de aproximadamente el 85% de los glaciares del mundo, evaluando factores como el clima, la inclinación del terreno y el grosor del hielo. Los hallazgos indican que la velocidad glaciar podría servir como una herramienta de monitoreo para prever erupciones con meses de antelación. Ejemplos destacados de glaciares monitoreados incluyen los del volcán Eyjafjallajökull en Islandia y el Monte Rainier en Estados Unidos.
MIRÁ TAMBIÉN | Belgrano busca volver al triunfo de local ante Independiente Rivadavia
El Dr. Joseph Mallalieu, de la Universidad de Birmingham, explicó que esta técnica es especialmente útil para volcanes cubiertos de hielo, donde los métodos tradicionales como sismógrafos y sensores de gases son menos efectivos. Además, la observación satelital de la velocidad glaciar podría reducir riesgos, permitiendo alertas tempranas que faciliten evacuaciones y la protección de áreas vulnerables.
Volcanes cubiertos por glaciares representan riesgos particulares, ya que las erupciones pueden desencadenar inundaciones y flujos de escombros. La comunidad científica considera este descubrimiento un avance crucial para la vigilancia global de volcanes y espera que su implementación mejore significativamente la gestión de desastres naturales.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo