Su condición de nómade está incorporada en los genes. Su familia es oriunda de Entre Ríos, pero decidió venir al sur y radicarse en Neuquén primero y desde hace varios años disfrutar de la calma de Gaiman.
Si bien nació en la capital neuquina, se siente una vecina gaimense y de hecho la encontramos acompañando a sus amigos en una obra de teatro en el Multiespacio 780 de Radio 3.
El apellido suena: su padre estuvo varios años ligado al boxeo, como anunciador o integrando la Comisión Municipal en Trelew.
Fiorella Malaspina es la actual campeona argentina de ciclismo Elite, en la especialidad contra reloj, título que logró a fines de abril como parte del equipo argentino femenino en el velódromo adosado al autódromo internacional de «Termas de Río Hondo», en la calurosa Santiago del Estero, donde se impuso al cabo de 20 kilómetros.
A las pocas horas, la ciclista que representa a Chubut ganó en su verdadera especialidad, la ruta, en los 50 kilómetros de la Clásica 1º de Mayo, en la capital de Santiago del Estero y también como parte de la selección argentina, en un cuarteto de mujeres que respondió a la característica de una prueba que dura un solo día.
Fiorella, de 34 años, ya había salido a rodar por el mundo en su anterior disciplina, el triatlón, pero después de una lesión, hace dos años se inclinó sólo por el ciclismo, cuando respondió a una invitación de un equipo de Neuquén.
En las pruebas combinadas también dejó huellas indelebles, al consagrarse campeona argentina de larga distancia en 2016. Pero antes, en 2014, ya había viajado al Campeonato Mundial de Canadá.
Fiorella es profesora de Educación Física, título que alcanzó después de haber hecho la carrera en Viedma, y desde 2012 dicta clases en el gimnasio del Sindicato de Empleados de Comercio en Trelew, siempre y cuando no ande lejos de casa.
En efecto, en septiembre pasado volvió a la zona luego de haber estado casi un año en Panamá. Y como ya se dijo, el jueves último volvió de concentrar en el CENARD y ya piensa en un nuevo viaje, a Brasil, con el equipo argentino.
El volumen semanal de entrenamiento respaldan sus logros recientes: acumula unos 500 kilómetros a la semana, producto de una rutina diaria que oscila entre dos y tres horas.
«Me hacen hacer pista para estar en los Panamericanos, no me gusta, lo mío es la ruta, pero es una condición para estar en la selección», admite a regañadientes.
El sacrificio, como el de todo deportista amateur, también se hace debajo de la «bici»: viene de lanzar un bono contribución para juntar el dinero que le permita adquirir un rodado nuevo, después de haber perdido la bicicleta que tenía en un accidente.
