En un emotivo Viernes Santo, el papa Francisco no pudo participar presencialmente del tradicional Vía Crucis en el Coliseo de Roma debido a las bajas temperaturas y su delicado estado de salud. Sin embargo, su ausencia física no impidió que su mensaje tocara los corazones de millones.
A través de textos leídos durante la ceremonia y compartidos también en redes sociales, el Sumo Pontífice destacó que “la economía de Dios no mata ni aplasta”, invitando a reflexionar sobre una forma más humana y compasiva de vida. La lectura de las meditaciones preparadas por él marcó una guía espiritual para atravesar tiempos difíciles.
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“El calvario también pasa por nuestras calles cotidianas”, recordó el Papa, en una frase que resuena especialmente tras los años de pandemia, crisis sociales y convulsiones políticas. Sus palabras invitan a encontrar a Cristo en cada encuentro diario, incluso cuando la vida nos aleja de lo espiritual.
El mensaje también tuvo un fuerte componente social: Francisco llamó a no olvidar a los que viven “en las fronteras de la vida”, y pidió abandonar los caminos de la indiferencia. Su compromiso quedó claro el Jueves Santo, cuando visitó a presos en la cárcel de Regina Coeli, dando testimonio directo de su cercanía con los marginados.
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Mientras el cardenal Baldassare Reina encabezaba el Vía Crucis, miles de fieles siguieron atentos las palabras del Pontífice. Aunque ausente por razones médicas, Francisco reafirmó que la fe puede superar distancias físicas y que, aún desde el retiro, su voz sigue siendo un faro para la Iglesia.
Fuente: Nueva Rioja.
Foto: El Tiempo.