Este sábado, las fuerzas israelíes bombardearon una mezquita situada en el interior del hospital Salah Ghandour, en la ciudad libanesa de Bint Jbeil, en el sur del Líbano. El ejército israelí afirmó que el establecimiento servía como un centro de comando utilizado por Hezbollah, grupo proiraní, para coordinar ataques contra Israel. Según el comunicado del comando militar israelí, la información fue corroborada por vecinos y figuras locales, quienes indicaron que la mezquita adyacente al hospital albergaba operaciones de Hezbollah.
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El ataque dejó un saldo de nueve médicos y enfermeras gravemente heridos, según informó el hospital, que es controlado por el Comité Islámico de Sanidad, una organización vinculada a Hezbollah. La institución había recibido una advertencia previa por parte de Israel para evacuar el edificio, pero no fue posible evitar el bombardeo, que impactó directamente en las instalaciones, obligando a la evacuación total del hospital.
A pesar de las afirmaciones israelíes sobre los esfuerzos para evitar dañar infraestructura civil, este ataque se suma a una serie de bombardeos en el sur del Líbano, una región duramente castigada por la ofensiva israelí contra Hezbollah. El viernes, al menos cinco hospitales en el sur del país y los suburbios del sur de Beirut, conocidos como el Dahye, fueron evacuados tras los bombardeos.
Según fuentes libanesas, 102 trabajadores sanitarios perdieron la vida a causa de los ataques israelíes en las últimas semanas. Cuatro hospitales en el sur del Líbano quedaron completamente fuera de servicio, afectando gravemente la capacidad de atención médica en la región.
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La escalada de violencia y la destrucción de infraestructuras críticas como hospitales plantea serios desafíos humanitarios, mientras la comunidad internacional sigue pidiendo un alto el fuego y una solución pacífica al conflicto.
Fuente: Noticias Argentinas.
Foto: DW.