La devastación causada por el terremoto en Birmania ha desbordado la capacidad de los hospitales y rescatistas, mientras continúa la búsqueda de sobrevivientes. La Cruz Roja advirtió que las necesidades humanitarias seguirán en aumento.
El sismo de magnitud 7,7 golpeó el centro-norte del país el viernes, dejando más de 1.600 muertos y miles de heridos. Mandalay, una de las ciudades más afectadas, enfrenta la destrucción de edificios y la falta de servicios básicos, lo que obliga a muchos a refugiarse en monasterios y centros comunitarios.
Marie Manrique, jefa de delegación de la FICR, alertó que los hospitales han colapsado debido a la demanda. La Cruz Roja Birmana intenta asistir a 50.000 hogares con agua potable y refugio, pero sus recursos son insuficientes.
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La junta militar birmana elevó la cifra de víctimas a 1.644 muertos, 3.408 heridos y 139 desaparecidos. La comunidad internacional ha comenzado a movilizar ayuda para mitigar la crisis humanitaria en la región.
Japón prometió «todo el apoyo posible» para la emergencia, evaluando las necesidades en el terreno. Mientras tanto, Reino Unido anunció un paquete de ayuda de 10 millones de libras para alimentos, agua y refugio en las áreas más afectadas.
Fuente: DW.
Imagen: REUTERS.