El proyecto ferroviario que prometía transformar el turismo en Santa Cruz terminó como una inversión fallida. Tras una inauguración en 2015 y un único día de funcionamiento, el tren Eva Perón quedó detenido y los fondos públicos fueron mal gestionados. La justicia y la SIGEN investigan las irregularidades detrás de los millonarios convenios.
En el sur de la Argentina, el tren turístico Eva Perón representa una de las mayores frustraciones en la gestión de fondos públicos durante el gobierno kirchnerista. Concebido para unir Río Gallegos con Río Turbio, este ambicioso proyecto arrancó con grandes expectativas, pero se detuvo rápidamente después de un único día de funcionamiento en 2015. El presupuesto inicial fue de aproximadamente 700 millones de pesos (unos 70 millones de dólares al tipo de cambio de la época), pero la obra nunca fue completada y las irregularidades comenzaron a salir a la luz.
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A pesar de que la inauguración del tren fue realizada con bombos y platillos, en plena campaña electoral, la realidad fue muy distinta. El tren solo recorrió unos pocos metros, sin pasajeros ni itinerario definido, lo que generó críticas sobre la falta de seriedad en la puesta en marcha del proyecto. Desde ese momento, el tren nunca volvió a operar, pero el dinero destinado a su construcción siguió siendo utilizado de manera cuestionable.
Las auditorías de la SIGEN (Sindicatura General de la Nación) revelaron múltiples irregularidades, desde facturas sin rendir hasta un claro mal manejo de los fondos públicos. Se descubrió que, de los 70 millones de dólares invertidos, una parte significativa fue destinada a la compra de material rodante que nunca fue utilizado para los fines previstos. Además, el tren fue solo una de las muchas iniciativas que, según los informes, se vieron envueltas en contratos poco transparentes con entidades como YCRT, el Ministerio de Planificación Federal y la Universidad Tecnológica Nacional.
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Lo que debía ser una inversión para reactivar el ramal ferroviario se convirtió en una red de convenios millonarios con poco impacto. A pesar de las irregularidades detectadas, las autoridades continuaron con la firma de nuevos convenios que no llevaron a ningún avance concreto en la obra. La justicia federal penal y la SIGEN siguen investigando los detalles de estos contratos, mientras el material rodante abandonado en una estancia de la provincia sigue siendo objeto de debate.
Actualmente, YCRT, la empresa encargada de la gestión ferroviaria en la región, enfrenta una crisis financiera que podría llevarla a la quiebra. Las autoridades provinciales buscan reactivar el ramal para la exportación de carbón utilizando el material ferroviario abandonado, pero aún no está claro si podrán recuperar los fondos perdidos o si la justicia permitirá la expropiación de YCRT. Mientras tanto, el tren Eva Perón sigue siendo un símbolo de la ineficiencia y el mal uso de los recursos públicos.
Fuente: Nexo fin