Este domingo, Irán confirmó que “dentro de algunas horas”, reanudará el enriquecimiento de uranio 235 a un nivel de pureza superior al 3,67%, precisó Behruz Kamalvandi, portavoz de la organización iraní de energía atómica, sin precisar el nuevo nivel.
De esta forma, Teherán remarcó que su decisión de liberarse paulatinamente de algunos de sus compromisos busca “salvar” el acuerdo nuclear iraní firmado en Viena en julio de 2015, ya exigiendo así que los otros firmantes cumplan con las obligaciones asumidas.
En respuesta, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, amenazó a Irán con “más aislamiento y sanciones”.
“La última ampliación de Irán de su programa nuclear conducirá a un mayor aislamiento y sanciones. Las naciones deben volver a la antigua política que prohibía el enriquecimiento al programa nuclear de Irán. El régimen iraní, equipado con armas nucleares, representaría una amenaza aun mayor para el mundo”, tuiteó el funcionario estadounidense.
En dos comunicados separados, Londres y Berlín pidieron a Teherán en términos similares, revocar su decisión. Los dos países indicaron que estaban en contacto “con las otras partes” involucradas para decidir una respuesta a la decisión iraní.
El viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, amenazó además este domingo con liberarse de otras obligaciones en materia nuclear, sin precisar cuáles, en “60 días”, al menos que se encuentre una “solución” con sus socios para responder a sus peticiones.
Estas trataron esencialmente de la posibilidad para Irán de seguir vendiendo su petróleo y de comercializar con el exterior, eludiendo las sanciones estadounidenses.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, dijo que la supervivencia del acuerdo de Viena, dependía de los europeos. Este acuerdo lo habían firmado Irán y seis grandes potencias (China, Rusia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania) tras 12 años de crisis por el programa nuclear iraní.
En virtud de este texto, Irán se comprometía a crear la bomba atómica y a limitar drásticamente sus actividades nucleares, a cambio de una retirada de las sanciones internacionales que asfixiaban su economía.
Trump justificó la salida de este pacto al acusar a Irán de no haber renunciado realmente a dotarse del arma atómica y de ser la causa de todos los males en Oriente Medio. Irán siempre negó querer la bomba atómica.
La reimposición de sanciones estadounidenses hizo huir a las empresas extranjeras que habían empezado a regresar a Irán y provocó daños en su economía.
Fuente: RT