Un informe de la ONU revela el uso de drones, cámaras y una app de denuncias para identificar a mujeres que desafían la ley del hiyab. Crece la presión por penas más severas.
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Irán está recurriendo cada vez más a la vigilancia electrónica y la participación ciudadana para detectar a mujeres que no usan el velo obligatorio en espacios públicos, según un informe de la ONU publicado el viernes. La represión ocurre en medio de una creciente presión de sectores radicales que exigen sanciones más duras contra quienes protestan contra la normativa.
La investigación, realizada por la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Irán, sostiene que las mujeres continúan sufriendo una discriminación sistemática y que el gobierno ha reforzado los controles mediante drones, cámaras de seguridad y reconocimiento facial. En la Universidad Amirkabir de Teherán, por ejemplo, se instaló un software especial para detectar a estudiantes que no llevan el hiyab. Además, las carreteras principales del país cuentan con dispositivos de vigilancia capaces de identificar a mujeres sin velo dentro de los vehículos.
Otra herramienta clave en la ofensiva es la aplicación móvil “Nazer”, creada por la policía iraní, que permite a los ciudadanos denunciar a mujeres que incumplan la ley del velo en transportes públicos. Una vez registrada la infracción, el propietario del vehículo recibe un mensaje de advertencia y, si hay reiteración, su automóvil puede ser incautado. Según activistas, este sistema ha generado situaciones peligrosas, como el caso de una mujer que en julio de 2024 fue baleada por la policía tras intentar huir de un control.
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El endurecimiento de las medidas se dio en el marco del llamado “Plan Noor”, implementado en abril de 2024, que ha derivado en el arresto de al menos 618 mujeres, según la ONU. Esta represión ocurre mientras Irán atraviesa una crisis económica agravada por sanciones estadounidenses y la incertidumbre sobre su programa nuclear.
Mientras tanto, el descontento social persiste. La muerte de Mahsa Amini en 2022 desató protestas masivas que fueron sofocadas con violencia, dejando un saldo de más de 500 muertos y 22.000 detenidos. A pesar de la persecución, la resistencia femenina sigue desafiando al régimen, evidenciando que la lucha por los derechos de las mujeres en Irán está lejos de terminar.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo